Los mercados no son peones ni respecto a su propia evolución ni a los datos externos que reciben. Pueden seguir una línea recta unos días y, de pronto, adoptar la figura del alfil, que da un paso vertical y otro lateral. Hoy han adoptado la extraña forma del caballo de crin alborotada ante el buen dato laboral americano, que ha rebajado el paro hasta el 4,6%, profundizando en el objetivo de pleno empleo y un máximo desde 2007. El Dow Jones bajaba a media sesión. 

La incógnita italiana tiene un recorrido corto aun cuando -y ya veremos- triunfe el no en el referéndum del domingo. Una solución para el Monte dei Paschi se lleva preparando desde hace tiempo. Hay 380.000 millones de euros dudosos en la banca italiana, no es noticia. El BCE saldrá al paso si es necesario comprando deuda del Estado y del sector financiero. Roma siempre ha estado en llamas, unas veces más a la vista y otras menos. El euro subía a 1,0659 dólares, entre tanto ruido.

En el Ibex, el dato de paro no ha gustado, pero el Gobierno ha dicho que puede dejarlo por debajo del 13%, una tasa en cualquier caso más más modesta de la que pronosticó el ex ministro de Economía; Carlos Solchaga, quien dijo que puede reducirse al 10% en unos años.

Es tal el batiburrillo de grandes acontecimientos y pronósticos que el sabio hombre de la calle se concentró a la hora del café en qué va a pasar con el Barça- Madrid, que es lo que aquí importa. Consultado, Nacho, el maìtre-cocinero del Ponsa de Barcelona, indicó que él ha anotado en la porra del restaurante el resultado 1-1. Nacho es identificado, por su extremada semejanza, como una Mourinho II, aquí y fuera. No sólo por su parecido sino porque sabe la tira de fútbol. Veremos.