El mercado es como una clínica: nunca sabes por dónde puede venir un contagio aunque tus constantes sean positivas. Hoy, el Ibex ha perdido un 0,22% y el Eurostoxx un 0,83% por el temor a la inflación.

La deuda está tocada. El rendimiento (inverso al precio) de la deuda española a 10 años ha pasado de 1,13% por la mañana a 1,609% por la tarde y la italiana, del 1,97% matutino al 2,039% vespertino. Las diferencias son lo que deben pagar de más España e Italia para colocar su deuda.

Mayores expectativas de inflación, a lo que el alza del petróleo contribuye, no es gratis.  Esta tarde, el Texas subía un 2,85%, hasta 50,87 dólares. No hace mucho, el mercado subía cuando se apreciaba el petróleo. Gaesco Beka ya mostraba la incongruencia.

Curiosamente, los datos de evolución de las manufacturas españolas fueron buenos, alcanzando un nivel de 54,5 puntos, que significan expansión. En el conjunto de Europa llegaron a la cuota de 53,7. Bien también.

A su vez, el paro en la eurozona descendió por debajo del 10%, hasta 9,8%, el nivel más bajo desde 2011. Y por si hiciera falta algo más, el crecimiento en el tercer trimestre en Italia llegó al 0,3%, por encima de lo esperado. Un buen escudo para el referéndum. 

Igualmente, desde el punto de vista bancario, no hubo contagio ni externo ni interno, sino que el anuncio de que Emilio Saracho será el nuevo presidente del Popular llevó arriba al sector, especialmente al propio banco y al Sabadell.

En Wall Street, el Dow Jones subía un 0,33% tras salir de las primeras dudas con las que comenzó la sesión. El dólar y el euro cotizaban estables, en torno a 1,06. Todo normal, excepto la cabeza de la serpiente de la inflación que percibe el mercado. Ahora toca desendeudarse como dice Fillon.