El Ibex ha cerrado con un alza cercana al 1% asomándose a los 8.700 puntos en una sesión que ha ido de menos a más y que ha tenido como interludio a las cuatro de la tarde la intervención de Mariano Rajoy en el Congreso, que cabe calificar de correcta al centrarse en las perspectivas de la economía, que es en lo que está todo el mundo.

El turismo mostró muy buenas cifras en julio, con 9,6 millones de visitantes en nuestras latitudes, un 9,3% más, número que mostraba una estrecha relación con unos datos de IPC más normales a comienzos de agosto, del -0,1%.

En Europa, los índices de confianza empresariales, industriales y del consumidor fueron muy tibios, pero se observa dinamismo en la zona. Emmanuel Macron, ministro de Economía francés, ha dimitido para presentarse a las elecciones presidenciales en 2017 sin esperar tanto en sus decisiones como el bendito Sánchez nuestro. Macron es una figura que encarna una apuesta por la alta tecnología y el cambio para Europa. No como otros.

En Wall Street, que abrió con una subida muy modesta del Dow Jones, se apreció la mejora de la confianza del consumidor (básica) hasta 101,1 y la prolongación de la recuperación en los precios de la vivienda, que subieron un 5,1%, según el índice Shiller.

Dos detalles completaron la sesión. Stanley Fisher ha declarado en Europa que los tipos de interés negativos pueden ser eficientes, lo que revela que los caminos de la Reserva Federal son inescrutables al escuchar expresarse así al vicepresidente de la institución.

El otro ha sido la multa de 1.300 millones de euros a Apple de la Comisión Europea por transgredir las leyes anti-monopolio en Irlanda, cuyo Gobierno se ha opuesto a la medida. El PIB de Irlanda creció el 26,3% en 2015 a causa de las prácticas contables de este tipo de compañías, que ha llevado a algunos a preguntarse si Irlanda pertenece aún a los irlandeses o a Google.