El shock de los papeles de Panamá, que extiende el encubrimiento fiscal y, si se quiere, la corrupción global, hábito que habitualmente se ensancha en tiempos de crisis, se ha prolongado en los mercados bursátiles, cargados de rumores y comentarios. Así que los datos de la jornada, que no han sido malos, han pasado a segundo plano a razón del morbo.

El Ibex ha descendido un 0,23% pese a la buena evolución del empleo, con 58.216 parados menos en marzo, pero con referencias negativas en materia de negociación en bolsa, con un 24% menos en marzo, mientras la inversión inmobiliaria en el primer trimestre en España ha subido 2.100 millones de euros, según CB Richard Ellis. O sea, nos vamos por el desagüe de los rascacielos, lo que hace que, a la par, la confianza de los consumidores se retraiga hasta sumarse al entorno sentimental de los culés tras el traspiés con Zidane. El entorno político no sirve de guía de autoayuda. 

Europa subió ligeramente, pero la caída del petróleo hasta 36,55 dólares enfrió el ánimo del inversor global. Hasta el punto de que el oro ha subido un 0,50%, hasta 1.2319,75 dólares. Y es que a veces más vale una barra que un balón.