Analistas y expertos hablan de la creciente resilencia de los mercados ante las actos terroristas islámicos, como el bárbaro atentado de esta mañana contra el aeropuerto y metro de Bruselas. Puede ser que así haya sido. Pero ahora se ve la mayor extensión y velocidad de respuesta del Estado Islámico, que puede extender el caos en cualquier lugar del mundo.

El viernes se produjo la captura del líder los atentados en noviembre de París, el sábado una bomba estalló en un centro comercial muy popular en Estambul, que el ministro del Interior turco atribuyó al EI. Hoy, en Semana Santa, la capital política europea ha sido atacada.

El think thank americano Soufan Group ha advertido de un retorno masivo de yihadistas a Europa: 300 a Gran Bretaña, 270 a Alemania, 250 a Francia, 50 a Dinamarca y 40 a Holanda, sin contar los infiltrados entre los refugiados. En total, unos 2.000 yihadistas dispuestos a actuar y a extender el caos. Podemos estar entrando en una nueva y peligrosa fase del terrorismo islámico.

El resto de la sesión fue conforme a lo previsto: mejora en la producción manufacturera y de servicios en Europa, mejores índices de confianza empresarial e inversora en Alemania, haciendo que el Dax subiera. El Ibex perdió los 9.000 puntos. Pero quizá el dato más interesante fue la subida del oro, un 0,65%, consciente del mayor riesgo no financiero que nos envuelve.