El Ibex se ha dejado cerca de un 1% en una sesión en que el entorno político interno y de estabilidad macroeconómica daban indicios de debilitarse mientras Wall Street mostraba escasos impulsos al alza. Tan sólo la economía alemana ofreció señales de fortaleza.

Mariano Rajoy ha aceptado el encargo real de someterse a la investidura poco después de que el PSOE indicara que no respaldará los presupuestos del PP para 2017. El problema es que el déficit del Estado subió en septiembre hasta el 2,56% del PIB, cerca del 2,6% marcado para el conjunto del año. A su vez, el déficit de la Seguridad Social se ha incrementado un 10,5%, hasta 6.151 millones de euros, un 0,55% del PIB.

En el Ibex se ha producido una caída general de los bancos en vísperas de que el Santander y Bankia presenten resultados. ArcelorMittal y Acerinox han avanzado con la revalorización del precio de los metales, que esperan un resurgir a partir de nuevas obras de infraestructuras que vendrán cuando las políticas fiscales se reactiven.

El índice IFO sobre el grado de confianza empresarial de Alemania, juzgado el principal indicador de la economía europea, ha subido este mes hasta 110,5 puntos, el más alto en dos años y medio. "El auge de la economía alemana gana velocidad", ha dicho Clement Fuest, presidente de IFO. El Dax de la Bolsa de Frankfurt fue el único índice que subió en Europa.

En Wall Street, el ambiente parece cargado de una sensación de fin de etapa, con Procter &Gamble y sobre todo, General Motors presentando buenos resultados, mientras Cartepillar, fabricante de toda clase de máquinas, retrocedía como lo está haciendo su producción y su tamaño. Se está a la espera de Apple, que últimamente ofrece visiones contradictorias. Como es la tónica general hoy en los mercados.