El Ibex ha cerrado con una caída que le aleja de los 9.000 puntos tras un PMI en mayo, que mide la evolución del sector manufacturero, de 51,8 puntos, por encima del 51,5 europeo, pero que no evitó que los expertos de Macri (autores de la encuesta sobre los gestores de compra y del análisis) indicaran que la industria española va hacia el estancamiento.

Tampoco abrió con optimismo Wall Street, con unos índices de evolución industrial positivos pero modestos al ver el descenso del precio del petróleo Texas hasta 47,93 dólares, como símbolo del retroceso de las materias primas.

Pero quizá el hecho más relevante de la jornada es que a partir de este mes el BCE empieza a comprar deuda corporativa, lo que está llevando a las empresas a emitir más deuda. Hoy se ha visto cómo los precios de la deuda corporativa aumentaban mientras las rentabilidades bajaban. Esto puede traer un movimiento de capitales desde la renta variable a la renta fija. Hoy en Wall Street también se ha observado algo parecido.

Mañana se reúne el BCE y, de momento, con sus medidas no convencionales lo que está obteniendo es una inflación del -0,1% en la zona y un descenso generalizado en las bolsas sin asegurar tan siquiera un descenso del euro, que hoy ha subido a 1,163 dólares.