Hoy ha sido la constatación de que junio, lejos de ser el mes que abre nuevas perspectivas a las bolsas europeas y al conjunto de los mercados, tan sólo ayuda a apagar las luces. El Ibex se ha salvado gracias a un dato que revela que el gran problema de paro en España, si no se soluciona, se atenúa.

El BCE, que presuntamente era la referencia de la jornada se quedó en nada, al incrementar lo que es el crecimiento de la zona euro hasta el 1.6% en 2016, algo que el mercado ya descontaba. Lo que los inversores esperaban era el anuncio de cuándo comienza la operación de compra de bonos de empresas. El Dragi anunció que comienza el 8 de junio, comentario que el mercado aceptó con absoluto escepticismo. Para entendernos, la operación entre Bayer y Monsanto, que alcanza 62.000 millones de euros, en buena parte está basada en la emisión de deuda de la compañía alemana que financiaría el BCE. Eso alteraría profundamente la naturaleza de las negociaciones entre los dos grandes monstruos de la farmacia y la agroalimentación mundial.

Los datos sobre el empleo americano previos a los oficiales que mañana el departamento de Trabajo USA presentará han sido los previstos por el mercado, con lo que cualquier posicionamiento respecto a las novedades que se puedan conocer en 24 horas quedan en el vacío.

Así las cosas, la falta de acuerdo de la cumbre del Petróleo envía una señal de que el alza de las materias primas, y con ellas la economía de los mercados emergentes, no van a reanimar la economía global, algo que ayer la OCDE ya avisaba.

En pocas palabras, sólo una buena acogida de Coca-Cola European partners alcanzó la gloria, con el empleo, de dar un respiro a los inversores del Ibex, que a estas alturas de junio, tan tempranas, ya empiezan a tener el culo quemado.