El Ibex logró cerrar con una subida del 0,15% una jornada tensa, dando a la semana un tinte menos negativo al reducir las pérdidas al 3,59%. Se ha concentrado el riesgo y la atención en los países periféricos de Europa y en la economía americana, donde los datos de empleo han decepcionado a los mercados.

En el mes de abril se crearon en EE.UU. 160.000 empleos nuevos, cuando el consenso apuntaba a 200.000, es decir, el resultado ha estado en un rango incluso más bajo al esperado, donde el Deutsche Bank lo había situado marginalmente en 175.000. El caso es que la tasa de actividad se ha reducido al 62,8%, cuando en 2007 era del 67%. Es decir, no se recupera el nivel anterior de actividad, lo que es señal de que la economía americana trabaja por debajo de su potencial. A su vez, los salarios han crecido un 0,3% por hora, sin variaciones. No ha habido novedad positiva en ese sentido.

Si la economía americana sigue sin despegar, la incertidumbre política y la amenaza del Brexit atenazan a las economías periféricas europeas, con alzas en la prima de riesgo al devenir el bono alemán en refugio de los inversores. 

Viendo el mal dato de la Bolsa de Shanghai, que ha caído más de un 2,5%, los inversores han acentuado su cautela, toda vez que los resultados empresariales no están sirviendo de suelo de cara a conocer a dónde va el mercado, con lo que la actitud de esperar y ver podría continuar la próxima semana.