El Ibex y el Eurostoxx han recorrido la trayectoria inversa a la que siguieron el jueves, y esta vez con fortuna ya que en nuestro caso se han recuperado los 8.700 puntos, nivel que parecía borrarse tras los últimos avatares. Es lo bueno de ir de menos a más.

Al final, el crecimiento superó a la baja inflación, que provocó grandes llantos entre las nuevas  plañideras, como es el caso del ínclito Pepe Álvarez, jefe de la UGT, que no sabe de la misa la media. Y es que la deflación, amigo, es caída de precios acompañada de marcados descensos de la producción. Nunca van los términos separados. Y, casualmente, el PIB en España ha crecido el 0,8% en el primer trimestre, con un 3,4% de avance interanual, según Eurostat. En Europa, el crecimiento ha sido más modesto, el 0,5%, pero también positivo. 

En Wall Street, el comercio al por menor ha subido un 1,3% en abril, y luego la confianza del consumidor ha pegado un estirón de fin de semana. Según la encuesta de la Universidad de Michigan. el sentimiento ha subido hasta 95,8 puntos desde los 89 anteriores. El euro ha bajado a 1,1299 dólares.

También lo ha hecho el petróleo Texas, hasta 46,33 dólares el barril porque se esperan malos datos en China el fin de semana. 

Ha habido una señal de aviso del FMI sobre el impacto negativo que podría tener el Brexit sobre la economía británica. Según una encuesta paralela realizada, el 78% de las empresas internacionales afirman que la salida del Reino Unido de la Unión Europea les perjudicaría. La City de Londres debería retener ese dato en la  proyección de su futuro.