Los cambios en los nuevos planos de movilidad del Ayuntamiento de Barcelona siguen levantando polémica. Sin embargo, más allá de los que aplauden o no las políticas de la alcaldesa Ada Colau, hay un sentimiento general de desconcierto. El último ejemplo lo encontramos, principalmente, en la zona del barrio de Sant Antoni donde han colocado unas tablas en desnivel que, su finalidad, es poder practicar ejercicio. Por ejemplo abdominales y otras flexiones.

Estas, están colocadas al margen de los carriles por donde pasan los coches y no se detalla su uso. También sorprende que no hay ninguna página web principal ligada a la movilidad donde se pueda leer y entender su función. Desde twitter, algunos usuarios han compartido las imágenes y han creado una especie de foro para tratar de entender de qué sirven.

Taules Colau TUIT

Tuit del usuario Chema Cavero con la fotografía de estas tablas

Más allá de este hecho anecdótico, los últimos cambios han despertado otro malestar: el de la inseguridad. Esta semana, una mujer que se dirigía a coger un taxi ha sido atropellada por un patinete eléctrico en un aparatoso accidente que ha requerido su hospitalización. Las cámaras de otros taxis lo han grabad todo. Los hechos pasaron en el cruce entre Passeig de Gràcia y la calle Aragó, justo donde está la Casa Batlló.

El conductor del patinete iba a gran velocidad y se llevó a la mujer por delante. El semáforo para los ciclistas y conductores de patinete estaba en verde en aquel momento. Portavoces de los taxistas han criticado la ubicación de carriles bici que separan las paradas de vehículos de transporte en conductor -los conocidos como VTC- de las aceras, que dificultan el acceso a los coches y ponen en peligro los usuarios, como ha quedado demostrado en este caso.

 

Por otra parte, la Plataforma Motoristes BCN denuncia que "la nueva pintura" que tiñe las calles de diferentes colores no es antideslizante y ya ha provocado más de un accidente. Y el pasado mes de diciembre, un joven motorista perdió la vida después de impactar contra uno de los bloques de hormigón que el Ayuntamiento de Barcelona mantiene colocados desde hace meses por toda la ciudad condal. Estos elementos, con la finalidad de reducir parte de la calzada para ser reconvertida en zona de peatones o para uso de la hostelería, llevan siendo criticados desde hace meses por considerarse un peligro contra la seguridad vial.