Un estudio de la Universidad Carlos III y la patronal Cejuego sostiene que los índices de juego problemático descienden desde el año 1990 a España y que este es el segundo país con menor tasa, ya que casi el 85% de los españoles, unos 30 millones, juega como opción de entretenimiento u ocio. Estas son algunas de las premisas del estudio "Juego y Sociedad 2020", presentado este miércoles por uno de sus autores, el profesor de Sociología y miembro del Instituto de Política y Gobernanza de la Universidad Carlos III de Madrid, José Antonio Gómez Yáñez; y el director general de la patronal Cejuego, Alejandro Landaluce.

La muestra se ha realizado a partir de una encuesta a 1.007 personas durante el mes de marzo, se subraya que el trastorno de juego representa el 0,3% de los comportamientos adictivos diagnosticados y se acuerda de que, según datos oficiales, hay en torno a 6.500 personas en tratamiento por trastorno de juego.

¿Por qué hay tanta preocupación?

Gómez cree que el interés por el juego empezó especialmente hace tres años, porque antes no había tenido una proyección pública, "ni siquiera un interés en los medios administrativos o políticos, y las normativas se iban negociando entre empresas y sindicatos y administraciones y había un clima bastante pacífico".

A pesar de eso, se ha producido una campaña que "ha llevado este tema a primer plano, pero de una forma desproporcionada" porque, a su juicio, "en España no tenemos un problema de trastorno de juego, mes allí de algunos casos personales". "Y así tiene que seguir siendo", ha aconsejado.

¿Cuáles son las opciones mayoritarias?

La encuesta de este año vuelve a apuntar al juego público, SELAE y ONCE, como el mayoritario y lo que atrae por sus grandes premios: el año 2019 compraron Lotería de Navidad 25,8 millones de personas; la del Niño 14,5 millones y La Primitiva, 14 millones. Además, 8,5 millones de españoles jugaron a los cupones del ONCE, con lo que bajan, pero no obstante siguió subiendo su lotería instantánea, de tal forma que el 10% de la población, sobre todo jóvenes menores de 25 años, dicen que juegan a eso.

Al juego privado (casinos, bingos, salones, apuestas y máquinas en hostelería), en el cual según Gómez se combina "entretenimiento y socialización", acudieron 6,5 millones de personas. El perfil de los clientes de estos juegos es muy variado, con edades entre los 18 y 75 años y de todos los estatus sociales, según las encuestas. El año pasado jugaron en casinos 2,2 millones de personas; 2,4 en bingos; 3 millones en salones de juego, y 1,5 millones en máquinas B de hostelería (máquinas recreativas).

También en 2019 se conectaron al menos una vez para jugar por internet 1,5 millones de personas, con una media mensual de 630.000, y de ellos 300.000 juega de manera estable (un 0,9% de la población) entre 18 y 75 años. El perfil de este jugador en red es muy heterogéneo, aunque los que más juegan son hombres entre 26 y 35 años (34,4%).