La inquietud de los micrófonos de cámaras y radios en movimiento se asocia habitualmente a la pugna por conseguir registrar las declaraciones del protagonista de turno. Pero lo que le tocó constatar este jueves al presidente francés, Emmanuel Macron, fue mucho más allá de la habitual carrera por tomar posiciones. Fue en la alfombra roja por donde desfilan los mandatarios antes de participar en el Consejo Europeo. Macron se dirigió como es habitual a los periodistas, pero se desplazó respecto al lugar donde estos tenían previsto inicialmente las cámaras, lo que desató un auténtico caos en medio de la competición por situar el micrófono. La cosa no hizo más que empeorar a raíz del hecho de que la barrera de seguridad que hay entre los periodistas y los políticos obliga a los operadores de cámara a utilizar unas largas pértigas para recoger las declaraciones. El enjambre de micrófonos bailando ante los ojos del presidente francés, parecía haber enloquecido.
Macron esperó pacientemente y, cuando parecía que el enjambre se había tranquilizado, intentó pronunciar sus declaraciones sobre el Consejo, pero el constante baile de micrófonos ante sus ojos provocó que detuviera las declaraciones. El presidente francés reclamó organización y acabar con aquel movimiento de micrófonos que hacía imposible su intervención, mientras todas las cámaras pedían su atención y reclamaba una cámara principal a la que mirar y que los micros se detuvieran. "Si no, es imposible", advirtió.
