Últimamente se habla mucho de que el prestigio del Parlament está en peligro después de la polémica por las licencias de edad de los funcionarios de la Cámara. Hoy parece que finalmente se ha puesto solución, pero la institución ha seguido tambaleando y es que al inicio del pleno de esta tarde ha aparecido un diputado "fantasma". Ha estado en la primera votación que se hacía para modificar el orden del día e incluir un punto para seguir blindando el escaño del diputado de la CUP Pau Juvillà. El resultado no ha dejado indiferente y es que han aparecido 136 votos cuando sólo hay 135 diputados.

La situación la ha detectado y notificado el secretario de la Mesa Rubén Wagensberg a la presidenta, Laura Borràs, que ha procedido a repetir la votación para ver si se trataba de un problema puntual. Y la segunda vez, ha vuelto a pasar: 136 votos. Una situación que no se acababa de entender y es que en el hemiciclo no había ni siquiera los diputados del PP. Es por eso que Borràs ha decidido suspender la sesión durante unos 15 minutos mientras los trabajadores de la Cámara han revisado el sistema informático. Mientras tanto, los diversos grupos han comentado la jugada y cuál puede ser el error. La principal hipótesis de Borràs era que algún diputado no había desactivado la delegación de voto de algún otro compañero que está en el hemiciclo. Estos días hay muchos diputados que ejercen el voto delegado porque el aforo está reducido ante la sexta oleada de contagios.

Todo ha pasado en un punto delicado, el que consiste en alterar el orden del día a propuesta la Mesa con el fin de incluir un punto donde el Parlament vote presentar un recurso contencioso administrativo al Tribunal Supremo en contra de la decisión de la Junta Electoral Central de inhabilitar a Pau Juvillà.

Finalmente después de todo, se ha podido detectar el problema: los votos delegados de Vox se habían computado dos veces. Solucionada la incidencia, se ha procedido a la votación de nuevo con nuevos resultados que sí cuadraban: 115 a favor y 17 en contra.