Francesc de Paula Castelló i Aleu, un químico leridano, es el nuevo patrón de los químicos brasileños. El Vaticano ha confirmado la petición que el arzobispo de Aparecida y presidente de la Conferencia de Obispos de Brasil, cardenal Raymundo Damasceno Assís, tramitó en julio de 2013. Los químicos brasileros ya tienen protector pero también sale ganando el mismo Castelló, que acredita así que "la fama de su santidad se extiende por todo el mundo", condición decisiva para llegar a ser canonizado, explica Mossèn Gerard Soler, vicepostulador de la Causa de Canonización. La noticia multiplicará los problemas de Soler para satisfacer las peticiones de reliquias de huesos de Castelló que le llegan desde Filipinas, Argentina, México o Italia: los restos del beato fueron depositados en una fosa común y enterradas en cal viva, al lado de otros asesinados por causa de su religión en la Guerra Civil. Castelló nació en Alicante en 1914 y aquel año su familia se trasladó a Lleida. Estudió becado en el Institut Químic de Sarrià y después en la Universidad de Oviedo. El 1 de julio de 1936 tiene que dejar su trabajo de ingeniero en la química Cros para incorporarse como soldado de leva al ejército. Fue detenido el día 21 de julio y encarcelado en la Seu Vella. En un principio lo acusan de fascista, pero él niega toda adscripción política. Acusado de "ser cristiano", afirma rotundamente: "Sí, soy católico". Él y otros fueron fusilados en el cementerio de Lleida la noche del 28 al 29 de septiembre de 1936. Es beato desde 2011. Para nada imaginaría Castelló que en Brasil le rezarían tanto.