Los vecinos de la Zona Franca tendrán en su barrio un nuevo equipamiento desde este lunes, el flamante nuevo edificio de la Agència Tributària de Catalunya (ATC). Seguro que estas instalaciones darán nuevo empuje a una zona de Barcelona en plena recuperación, pero los vecinos todavía esperan con mucho más interés la apertura de la L10 del Metro, que los tiene que conectar con el resto de la red suburbana. Por suerte, a partir de esta semana contarán con la complicidad de los empleados del ATC, que verán que la estación del Metro les queda a duras penas a cien metros del puesto de trabajo y cada día verán el cartel de 'próxima inauguración'.