Sumarroca ha sido una de las primeras bodegas que han obtenido los reconocimientos de Vi de Mas y Gran Vi de Mas, dos nuevas categorías creadas por la DO Penedès para reconocer las elaboraciones más excepcionales vinculadas a una masía centenaria. Según la DO, esta distinción "poner en valor el patrimonio histórico que tiene el territorio y destaca vinos de máxima calidad con un sello que muestra la historia de las masías del Penedès".

Las bodegas de Sumarroca han conseguido el reconocimiento de Gran Vi de Mas con el vino tinto Bòria, elaborado con la variedad de syrah, y el de Vi de Mas, con el vino blanco de guarda Marger, elaborado con moscatel y macabeo.

Boria i Marger
Vino tinto Bòria (26,75€) y vino blanco de guarda Marger (14,75 €).

Unos elementos que los hacen únicos

Los vinos que se pueden elaborar con estos atributos tienen que tener una masía de 1879-1900 o anterior. En el caso de Sumarroca, la masía centenaria es la del Molí Coloma, un antiguo molino papelero fechado del siglo XV que hoy día es el centro neurálgico de la bodega donde se hace la elaboración, la crianza y el embotellado.

Alrededor, se encuentra y cultiva la viña ecológica de la Finca Garrofer, plantación cuyo año 1979 se extrae el syrah del Gran Vi de Mas, Bòria. También se encuentran las viñas de más de 30 años de moscatel y macabeo con las cuales se elabora el Vi de Mas Marger.

En ambos casos, la uva es cogida a mano y se dedica exclusivamente al vino en cuestión. Además, los vinos han obtenido más de 72 puntos en el panel de cata de la DO Penedès y varios reconocimientos en el ámbito nacional e internacional. Para Òscar Llombart, director técnico de Sumarroca, "es muy importante dar singularidad a los vinos elaborados con criterios de excelencia y de respeto por el territorio".

Sobre el Grupo Sumarroca

Los orígenes del grupo Sumarroca se remontan a la población de Llimiana, en el Pallars Jussà. Allí está donde varias generaciones de la familia Sumarroca ya se dedicaban al cultivo de la viña. Al principio de los ochenta, Carles Sumarroca se traslada al Penedès, donde adquiere las fincas de Molí Coloma, en Subirats y Heretat Sabartés, en Banyeres del Penedès. En 1999 compra la finca más emblemática de Sant Sadurní d'Anoia, que se pasó a denominar Finca Sumarroca.

Los pilares sobre los cuales se ha consolidado la trayectoria de la familia Sumarroca y se han diseñado los vinos y cavas, sinónimos de brindis inolvidables, son la pasión por la tierra, el espíritu de trabajo y la innovación permanente, profundizando en variedades autóctonas e introduciendo foráneas, e implementar nuevos sistemas y procesos de elaboración.

La bodega está situada en la finca Molí Coloma, justo en medio del Penedès, entre Barcelona y Tarragona, al lado del cauce del río Anoia. Las viñas están repartidas en tres fincas: Molino Paloma, Heretat Sabartés y la finca Sumarroca. En total son 464,8 hectáreas, que permiten al grupo autoabastecerse al cien por cien de la uva que necesita nuestra bodega para la elaboración de vinos y cavas.

sumarroca
Las viñas de Sumarroca

De esta manera, controlan a todas y cada una de las etapas del proceso de elaboración mediante una trazabilidad total que arranca en la viña y acaba en la botella. En paralelo, el fomento de la biodiversidad es una constante en la gestión medioambiental de Sumarroca, practicando una viticultura responsable y ecológica, gracias a un equipo de cuatro enólogos y una dirección técnico-agraria de las fincas. Desde sus inicios la empresa ha cultivado la viña con un espíritu de respeto por el medio ambiente, con los mínimos tratamientos fitosanitarios y de sostenibilidad, siente los primeros a introducir las feromonas en la viña con el objetivo de evitar, por medios naturales, la carcoma de la viña.

En el 2014 el grupo se certificó oficialmente como ecológico. Y es el año 2018 cuando, por fin, lo pueden indicar con el sello oficial de vino ecológico y el del CCPAE (organismo certificador en Catalunya). Su filosofía en el mundo agrícola y, más concretamente en la viña, es ecológica y sostenible, cosa que significa un total respeto por el producto natural y sin el uso de fertilizantes ni pesticidas. En definitiva, sin productos químicos sintéticos.