Hablar de raíces siempre es un momento que todos vivimos con cierta emotividad. Desde el recuerdo de aquella excursión a Montserrat para cumplir una promesa hecha a la Moreneta hasta el silencio que envuelve un encuentro de castellers o el sabor inmejorable de la escudella de la yaya. Solemos tener los pelos de punta cuando evocamos situaciones que conectan con nuestro sentimiento de pertenencia porque hace que nos sintamos acompañados. Pase por delante que este ataque de nostalgia no pretende ser un alegato contra la fraternidad con comunidades ajenas ni un manifiesto sectario sobre nuestras tradiciones. De hecho, justo lo contrario: parte de la reafirmación absoluta que cualquier identidad es la llama que ilumina los vestigios de la evolución de todos los pueblos.

Podríamos decir que Catalunya es como una gran hoguera llena de chispas donde la tradición cultural pesa más que el bolsillo (¿tacaños, nosotros? No sé de qué me están hablando). También podríamos intuir que el gran icono cultural catalán sea la alpargata, el típico zapato catalán con sola de cáñamo, vetas y ropa gruesa que se ata al tobillo, sobre todo después que Rosalía diseñara unas zapatillas deportivas Nike inspiradas en las que llevaba su abuelo. Pero antes que la cantante de Sant Esteve Ses Rovires, Amparo y Cèlia ya estaban poniendo en marcha la revolución de las alpargatas en un taller de Barcelona.

Un proyecto sentimental nacido entre rejas

En 2019, estas dos mujeres - una educadora y la otra trabajadora social - estaban bromeando mientras completaban su jornada laboral en un centro penitenciario. Después de un día especialmente emotivo en el trabajo, reflexionaron sobre aquellos regalos que son mucho más que un objeto y de allí nació Lespardenyeta, un proyecto que ellas definen como un sentimiento hecho joya porque, dicen, detrás de cada compra siempre hay un motivo que conecta con una historia personal.

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La marca ha sabido conjugar una orfebrería manual representada en el tramado de las suelas de esta zapatilla con un acabado impecable: la textura recrea tan fielmente la pieza original que te dan ganas de calzártela. Se trata de reproducciones perfectas de alpargatas en miniatura y en forma de colgantes, brazaletes, pendientes y llaveros, un pequeño milagro artesano dignificado con el uso de oro y plata maciza (oro de 18 quilates y plata 925) acabadas a mano. Todo con un único objetivo: compartir la emoción del patrimonio de Catalunya y mantener una tradición muy viva en el país dando alas a un producto 100% catalán. Quizás tiene mucho que ver con que sus dos fundadoras pasaran gran parte de su niñez en grupos de danza.

¿De dónde viene l'espardenya tradicional?

L'espardenya es el calzado nacional de nuestra casa, pero también de comunidades autónomas como las Islas Baleares, Aragón y el País Valencià, aunque también son muy populares en ambos lados de los Pirineos. Documentadas por primera vez en el siglo XIV, son las sandalias tradicionales utilizadas por la gente de payés y por las clases populares urbanas. También son una seña indiscutible para el folclore y la cultura: se han utilizado para bailar sardanas y jotas, así como pisar fuerte en bailes de bastones y trabucades. Nuestro imaginario colectivo no entiende cualquier fiesta popular sin ver esparto y vetas.

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Para Lespardenyeta, la reproducción de esta pieza en joya es la relectura de un accesorio polisémico y singular que remite al Mediterráneo y que sobrevive al paso del tiempo. También evoca a algunos sentimientos tiernos que guardamos entre latidos y eso es lo que hace sonreír a Cèlia y Amparo. Quizás porque ellas antes también han conseguido hacer sonreír a un montón de gente.