La desigualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral es una de las principales preocupaciones y prioridad de acción del Govern. La discriminación salarial o brecha de género, la parcialidad forzada por la necesidad de compatibilizar la vida familiar y las dificultades de acceso a los puestos de toma de decisión son retos pendientes que aborda el Departament de Treball, Afers Socials i Famílies.
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Según el informe Evolución de la brecha salarial de género 2008-2015, elaborado por la Generalitat, se revela que la discriminación salarial en términos anuales se redujo 2,1 puntos entre 2014 y 2015, pero que el salario de las mujeres (20.946 euros) sigue siendo un 23,9% inferior al de los hombres (27.514 euros).
El salario medio de los hombres fue de 27.514 euros y el de las mujeres, de 20.946 euros, un 23,9% inferior
La directora general de Igualdad, Mireia Mata, dio a conocer las conclusiones de este informe. La Generalitat publicó por primera vez un informe sobre la brecha salarial el año pasado, y ahora hace un seguimiento anual de la discriminación retributiva, con el objetivo de llevar a cabo acciones y medidas para reducirla.
Víctimas del techo de cristal
Mata lamenta que las mujeres todavía son víctimas de dos fenómenos en el mercado laboral. Por una parte, lo que se conoce como 'suelo pegajoso', que las sitúa mayoritariamente en los nichos de trabajo menos reconocidos y en la parte baja de la escala salarial (un 25% cobran 11.824 euros o menos, mientras que sólo un 10% de los hombres ganan menos de 11.526 euros). Y, por otra parte, el techo de cristal: aparte de la dificultad de acceso a los puestos de toma de decisiones en todos los ámbitos laborales, las mujeres mejor remuneradas reciben por término medio un sueldo anual casi 9.000 euros inferior al de sus compañeros.
El estudio pone de manifiesto que el número de horas trabajadas tiene un impacto importante en la ganancia anual y, por lo tanto, en muchos casos, el menor salario femenino se explica por un mayor peso del trabajo a tiempo parcial ―una elección no voluntaria, sino forzada, por la necesidad de compatibilizar las tareas del cuidado de niños y personas dependientes, que muy mayoritariamente asumen ellas―. Con respecto a las diferencias de ganancia bruta anual, tienden a crecer con la edad. Este hecho se ha intensificado los últimos años, en los que la brecha salarial de género ha ido a la baja en los grupos de edad más jóvenes, mientras que ha aumentado en el tramo a partir de los 55 años.
La Direcció General d’Igualtat apuesta por planes de igualdad en las empresas
A lo largo del año, el Departament de Treball, Afers Socials i Famílies hace diferentes actuaciones en materia de igualdad para combatir esta lacra. Dentro del departament, el Àrea d’Igualtat d’Oportunitats de la Direcció General d’Igualtat promueve la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el ámbito laboral, principalmente por vía de la formación, la sensibilización y el asesoramiento en materia de planes y medidas de igualdad, que garanticen las mismas oportunidades de las mujeres a la formación, promoción, igual retribución y acceso a cargos de mando. Y también a los hombres a practicar la corresponsabilidad y las tareas de cuidado, de manera que no sean siempre las mujeres las que renuncien a la carrera profesional para asumir las tareas de cuidado de familiares.
El año pasado, el Departament de Treball subvencionó con 350.000 euros 115 proyectos que promovían la aplicación de planes de igualdad en organizaciones públicas y empresas. También financió con 150.000 euros acciones de entidades dirigidas a fomentar la igualdad de oportunidades de hombres y mujeres en el trabajo. Con respecto a la formación, cerca de 1.300 personas han participado en alguno de los cursos, presenciales o en línea, que ha coordinado el área durante el 2017.
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