Un macizo próximo, familiar y valioso es un privilegio para la gran población que vive en el área metropolitana de Barcelona, un lugar que acoge a más de 3,2 millones de personas en una superficie de 636 km2, considerándose así una de las áreas metropolitanas mayores de toda Europa. Collserola forma parte de tres comarcas: el Baix Llobregat, el Vallès Occidental y el Barcelonès. Son nueve las poblaciones que tienen parte de su término municipal dentro del ámbito de la sierra: Barcelona, Montcada i Reixac, Cerdanyola del Vallès, Sant Cugat del Vallès, el Papiol, Molins de Rei, Sant Feliu de Llobregat, Sant Just Desvern y Esplugues de Llobregat.

Collserola es un espacio de descubrimiento, de aprendizaje, de encuentro y de ocio

Más de 8.000 hectáreas de espacio natural preservado, donde predominan los espacios forestales con una variedad de formaciones vegetales que aportan una significativa diversidad biológica.

Robert Peña

Collserola ha sido gestionado desde el año 1987 en el marco de un Plan especial de protección y, a partir del 2010, se ha consolidado con la declaración de Parque Natural.

Isabel Raventós, ninguno del Servicio de Uso Público, Divulgación y Educación Ambiental, detalla que el rasgo característico del Parque Natural de Collserola es "la gran diversidad de paisajes mediterráneos, situado en el viejo medio del área metropolitana de Barcelona, son 8.000 hectáreas naturales rodeadas de una gran ciudad". Por este motivo, Raventós asegura que el parque "forma parte del día a día de las personas, ya sea por los que vienen a hacer ejercicio físico, a pasear, caminar...".

Consorcio del Parque de Collserola

El paisaje

El paisaje actual de Collserola es la herencia del paisaje primitivo, que dependía de las condiciones ambientales, pero que ha estado intensamente transformado a lo largo del tiempo.

La sierra se ha utilizado de forma agrícola haciendo agavillas y plantando viña. También se ha utilizado a nivel forestal, explotando parte del bosque que lo conforma. Hoy en día, la agricultura ha desaparecido casi del todo, y la explotación forestal también ha disminuido mucho.

Robert Peña

Por tres razones, este gran espacio natural que es la sierra es determinante en la configuración del paisaje metropolitano: por su dimensión (representa más de la mitad del espacio libre, agrícola o forestal, del área metropolitana), por su situación central (rodeada de pueblos, ciudades y vías de comunicación) y por el grado de naturalidad que conserva a pesar de la presión que ejerce la gran ciudad sobre el parque.

El relieve de Collserola convierte la sierra en un gran mirador sobre las ciudades haciendo presente la naturaleza en el paisaje urbano

Consorcio del Parque de Collserola

Hábitats y ambientes

El tratamiento del medio de los antepasados y el posterior abandono de actividades agroforestales, han dejado el mosaico de hábitats y ambientes que se encuentran hoy en día en el Parque de Collserola, como son los ambientes forestales, pinares, encinares, encinares con robles, ambientes de ribera, ambientes acuáticos, matorrales y maleza, prados, ambientes rupestres y los espacios humanizados.

Con respecto a los forestales, la mayor parte de los pinares del parque corresponden a bosques mixtos en que el pino carrasco (Pinus halepensis) forma el estrato superior y las encinas (Quercus ilex), los robles (Quercus cerrioides) y otras especies rebrotadas, el inferior.

Por otra parte, se encuentran los pinares de pino carrasco sobre malezas de apariencia más abierta, que tienen su origen en antiguos campos de cultivo, en los que el suelo había sido muy trabajado.

Consorcio del Parque de Collserola

Una particularidad de los bosques de Collserola es que los pinos son más viejos de lo que parecen a simple vista. Cuando estos bosques eran explotados, periódicamente se hacían limpiezas, se retiraban los pinos mejor conformados y se iban dejando los árboles de escaso interés forestal. Estudios forestales demuestran que muchos de los árboles actuales han crecido en condiciones adversas, por eso la relación entre el diámetro y la edad no siempre es la esperada.

En los ambientes de ribera, se puede distinguir diferentes tipos de formaciones vegetales que se encuentran más o menos próximas al agua: gatelleda, salceda, fresneda, chopera y avellanero.

La fauna

La avifauna de los bosques del parque está muy estudiada, con seguimientos anuales de las poblaciones nidificantes e invernantes. Son abundantes y omnipresentes los herrerillos (Parus sp.), los agateadores (Certhia brachydactyla), las currucas capirotadas y de chaparral (Sylvia sp.), los petirrojos (Erithacus rubecula) y las palomas torcaces (Columba palumbus). Destaca una especie que es el más abundante de los ambientes forestales donde dominan los pins, el herrerillo moñudo (Parus cristatus).

Las aves de rapiña forestales son unas de las especies más emblemáticas. El azor (Accipiter gentilis), del cual todavía crían unas pocas parejas en el parque, junto con su pariente más pequeño, el gavilán (Accipiter nisus), son los auténticos indicadores de la vida natural en los bosques de Collserola.

Consorcio del Parque de Collserola

El ratonero común (Buteo buteo) es la otra ave de rapiña que cría en los bosques del parque. Por la noche y especialmente durante el invierno, se siente el canto del zoquete (Strix aluco), un ave de rapiña nocturna propia de todos los bosques de Collserola.

Con respecto al grupo de los mamíferos, es el más difícil de observar. La ardilla (Sciurus vulgaris) es la especie con más probabilidades de ser vista, sobre todo en primavera, cuando los individuos jóvenes saltan de rama en rama. Todavía más abundante es el pequeño ratón de bosque (Apodemus sylvaticus), que forma una parte importante de la dieta de los depredadores forestales. Por otra parte, la población de jabalíes (Sus scrofa) ha experimentado un incremento los últimos años y eso también se ha traducido en un número más alto de observaciones y contactos por parte de los visitantes del parque.

Eva Murguia

La jineta (Genetta genetta) es un mamífero carnívoro no familiar para los visitantes del parque, pero muy estudiada a Collserola. Vive escondida y prácticamente no se mueve durante el día, por lo cual es muy difícil verla. En la sierra, los afloramientos rocosos son escasos y las jinetes se ven obligadas a buscar otros lugares donde ubicar sus letrinas.

Con respecto a la fauna de matorrales y malezas, las máquias se asocian con especies propias y significativas de los ambientes mediterráneos como los conejos (Oryctolagus cuniculus).

Son pero los pájaros los que configuran una comunidad bien propia. Las más representativas son las currucas (Sylvia sp.). Son frecuentes la curruca cabecinegra​  (Sylvia melanocephala), la curruca rabilarga (Sylvia undata) y la curruca de chaparral (Sylvia cantillans). La especie más popular es el ruiseñor (Luscinia megarhynchos).

Dos especies que también resultan especialmente abundantes durante todo el año en los sitios donde hay un denso estrato arbustivo son el cargolet (Troglodytes troglodytes) y el petirrojo (Erithacus rubecula).

Consorcio del Parque de Collserola

En el grupo de los invertebrados, las maquias constituyen un lugar privilegiado para observar una de las mariposas más emblemáticas de la sierra, la mariposa del madroño (Charaxes jasius), que vuela hasta bien entrado el otoño y que destaca por su tamaño.

En las malezas son frecuentes el chamariz (Serinus serinus) y el jilguero (Carduelis carduelis). También la curruca negra (Sylvia melanocephala) y la curruca rabilarga (Sylvia undata). El cernícalo (Acuño tinnunculus) está muy ligado a estos ambientes abiertos donde caza sus pequeñas presas: ratones, lagartijas e insectos.

Estudiando la fauna de los prados, hay que mencionar la presencia de un invertebrado de gran interés, un saltamontes denominado Brachycrotaphus tryxalicerus característico de las sabanas africanas. También tiene interés la presencia de un heteróptero Vibertiola cinerea ligado a estos ambientes.

Consorcio del Parque de Collserola

Dentro del grupo de los vertebrados, los ambientes abiertos tienen un interés especial para los reptiles, que dependen de una fuente externa de calor para mantener su actividad. Los prados y las malezas son los ambientes más colonizados por las lagartijas: la lagartija ibérica (Podarcis hispanica) y la lagartija corredora (Psamodromus hispanicus). Las serpientes más frecuentes son la serpiente blanca (Elaphe scalaris) y la culebra verde (Malpolon monspessulanus).

Con respecto a los ambientes rupestres, las especies que se pueden observar en estos lugares son el mirlo azul (Monticola solitarius), el cuervo (Corvus corax), el cernícalo (Acuño tinnunculus), el colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) y el duque (Bubo bubo). El halcón peregrino (Acuño peregrinus) es un visitante y un candidato a enriquecer la lista de pájaros nidificantes en el parque. En Collserola estas especies sólo se pueden encontrar en estos tipos de lugares, idóneos para su nidificación.

Itinerarios

Son muchas las excursiones y rutas que se pueden hacer a lo largo del Parque Natural de Collserola. Por eso, Isabel Raventós, jefe del Servicio de Uso Público, Divulgación y Educación Ambiental, recomienda que "en clave barcelonesa, hay una excursión fácil de hacer que se puede combinar con el uso de transporte público". Raventós explica que "se empieza desde el Tibidabo, en la fuente de la Budellera, un recorrido que hace bajada, pasando por encinares y un bonito paisaje donde aproximadamente, al cabo de tres cuartos de hora caminando, se llega al centro de información del parque, un lugar donde se puede tomar algo, visitar la exposición permanente y conocer otras rutas por hacer". Raventós asegura que, siguiendo bajando, se llega al apeadero Vallvidrera, donde se puede ir dirección Barcelona ciudad o bien hacia el Vallès.

Robert Peña

Otro itinerario, que recomienda la jefa del Servicio de Uso Público, Divulgación y Educación Ambiental, es el de la ermita de Sant Medir. "Cogiendo el tren hasta Sant Cugat, se va hasta can Borrell donde se puede hacer un buen desayuno de plato y tenedor e iniciar la ruta".

Collserola tiene una climatología muy buena a lo largo del año, hecho que hace que se pueda visitar en cualquier momento. Los datos ponen de manifiesto que es en primavera, en otoño y en invierno cuando hay más visitantes. "En julio y en agosto, debido a las altas temperaturas, los visitantes prefieren recorrer otros lugares donde se puedan refrescar", asegura Raventós.

La cima del Tibidabo es la altura máxima de la sierra del parque, con 512 metros

Laura Betran

Isabel Raventós explica que con 30 años de la protección especial del Parque Natural de Collserola, "el perfil de los visitantes ha evolucionado mucho. Antes era un usuario muy excursionista, ahora, en cambio, ha estallado el boom del deporte y tienen mucha presencia los ciudadanos que vienen a hacer actividad física, ya sea andar, correr o ir en bicicleta". "Después está el visitante del domingo, que busca ir a hacer el picnic a alguna de las cinco áreas de ocio que hay dentro del parque", según asegura Raventós, este último tipo de usuario sólo accede al parque para pasar el domingo con familia y amigos.

Con la colaboración de la Generalitat de Catalunya