Los gobiernos catalán y balear han firmado un convenio de colaboración para desenterrar e identificar los restos de las fosas comunes del desembarque en Mallorca de agosto de 1936, durante la Guerra Civil. Se trata de las fosas de sa Coma, del Riuet de Portocristo, de ses Cuevas Blancas y del Cementerio de Son Coletes. Se calcula que en total podría haber cerca de un millar de soldados enterrados, la gran mayoría catalanes de las tropas republicanas que intentaron reconquistar la isla.

Se calcula que podría haber un millar de soldados enterrados, la gran mayoría catalanes

La Comisión técnica de fosas y personas desaparecidas, que depende del Gobierno de las Islas Baleares, determinará el calendario de apertura de las fosas a partir de criterios técnicos. Se priorizarán, sin embargo, aquellas donde hay constancia de víctimas con familiares directos vivos.

Gráfico fosas|fosos Mallorca - Generalitat de Catalunya

Por su parte, el Departamento de Justicia de la Generalitat enviará arqueólogos para extraer muestras de ADN y también repatriará los cuerpos que sean identificados. El acuerdo entre los dos gobiernos establece que durante el primer semestre del 2019 se señalizarán las fosas y se harán intervenciones para convertir los lugares en espacios de memoria, reflexión y divulgación.

El desembarque en Mallorca

Las tropas republicanas del capitán Alberto Bayo desembarcaron al levante de Mallorca la madrugada del 16 de agosto de 1936 con la intención de recuperar la isla, que estaba en manos de los nacionales. La operación fue ideada desde Catalunya y contaba con unos 8.000 expedicionarios catalanes provenientes de diferentes partidos políticos o sindicatos, como el PSUC, el Partido Socialista, el UGT o la FAI. Había también brigadistas internacionales y un grupo de mallorquines. Llegaron a bordo del fuselaje Mar negro y, aparte, contaban con dos destructores, un submarino y seis aviones. El capitán Alberto Bayo creó un frente de catorce kilómetros entre los municipios de Portocristo y Son Servera, que ha pasado a la historia como el frente de Portocristo.

Se calcula que el bando republicano sufrió unas 400 bajas en sólo dos días y unas 1.700 en los veinte días que duró la ofensiva.

El desembarque, sin embargo, fue un fracaso. Las tropas estaban poco preparadas, los refuerzos no llegaron y la aviación italiana fue determinante. Se calcula que el bando republicano sufrió unas 400 bajas en sólo dos días y unas 1.700 en los veinte días que duró la ofensiva. El 4 de septiembre se produjo la retirada y el reembarco. A pesar de eso, grupos de republicanos se quedaron en el suelo dispersados por el campo de batalla. Fueron encarcelados y ejecutados.

La mayor fosa, la de su Coma

Las víctimas del desembarque fueron enterradas en diferentes lugares del frente y por eso hay varias fosas documentadas. La fosa mayor, sin embargo, está en la playa de su Coma, en el municipio de Sant Llorenç des Cardassar, tanto en extensión como en número de cuerpos. Algunas fuentes indican que en sa Coma pueden haber enterrada unas 500 personas. La ubicación se explica porque a unos doscientos metros hay las Casas de su Coma, dónde los expedicionarios establecieron el mando y un hospital de campaña durante toda la operación.

Playa de su Coma

Aquella zona era también el objetivo prioritario de los aviones italianos. Los bombardeos y los ametrallamientos eran diarios. Las víctimas eran llevadas en carro hasta la fosa, donde eran sepultadas. En muchos casos, y para no tener que perder tiempo, los cuerpos eran tirados directamente en el mar.

No se hizo ningún registro en el momento de los entierros y, por lo tanto, tampoco hay información sobre la mayoría de las identidades.

En la fosa de su Coma hay cinco perfiles de personas: soldados republicanos que cayeron en combate, víctimas sobre todo de la aviación italiana; nacionales fusilados por los republicanos; republicanos fusilados por su propio ejército por actos de indisciplina y luchas internas entre facciones; republicanos que se quedaron en el suelo después de la retirada y que fueron ejecutados, y cadáveres que quedaron en la zona después de la retirada.

Llamamiento al Programa de identificación genética

Hay familias catalanas que saben que sus parientes murieron durante el desembarque en Mallorca, pero desconocen el lugar preciso de la sepultura. Por eso es importante que las personas que saben que tienen familiares muertos en aquel episodio se hagan las pruebas de ADN.

Para hacerlo posible, primero hay que inscribirse al Censo de personas desaparecidas, que se puede hacer a través del sitio web memoria.gencat.cat. Este censo forma parte del Programa de identificación genética (PIG), que está coordinado por la Dirección General de memoria Democrática con la colaboración del Departamento de Salud.

El ADN extraído de los restos de las fosas se cruzará con las muestras genéticas de los familiares vivos con el objetivo de encontrar la coincidencia. Es el Hospital Vall d'Hebron quien procesa y cruza los datos.

El Censo de personas desaparecidas cuenta ahora mismo con 5.234 casos registrados y hay cinco que están relacionados con la expedición de Bayo en Mallorca.

 

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