¿Pueden los niños ser vegetarianos o veganos? Seguro que muchos padres se han hecho más de una vez esta pregunta y la respuesta es sencilla: “por supuesto que sí”. Una dieta vegetariana ayudará a tu hijo a tener una mejor relación con la comida (ya que no se consumen tantos alimentos procesados), evitará problemas de salud y también ayudará a prevenir la obesidad.
¿Pero la dieta vegetariana/vegana no tiene ningún tipo de riesgo o complicaciones para los niños? Los médicos y nutricionistas coinciden en la respuesta a esta pregunta: una dieta vegetariana puede ser peligrosa de la misma forma que una dieta omnívora mal diseñada también puede ser dañina para la salud. Si seguimos una alimentación equilibrada y planificada el régimen vegetariano traerá más ventajas que desventajas a los más pequeños.
Cualquier dieta mal llevada puede ser peligrosa
Ventajas de una dieta vegetariana en niños:
- Consumen menos grasas saturadas: eso es importante porque se reducen las probabilidades de que sufra enfermedades crónicas como la cardiaca.
- Ayuda a prevenir la obesidad por el menor consumo de alimentos procesados.
- Menos problemas de colesterol
- Disminuye el riesgo de enfermedades crónicas de adulto que tiene su origen en la infancia, como pueden ser la diabetes, la hipertensión, enfermedades cardiovasculares o artritis.
Así que si decidimos que nuestros hijos lleven una alimentación vegetariana o vegana es importante que ésta esté bien diseñada. El truco es consumir una amplia variedad de verduras, vegetales, leguminosas y semillas para conseguir obtener todos los nutrientes que los niños necesitan para crecer de forma saludable. Y es aquí dónde los superalimentos juegan un papel fundamental ya que van a funcionar como suplementos naturales para aquellos nutrientes que normalmente solo se consumen a través de la carne.

Te damos algunos consejos que debes seguir para garantizar que la dieta vegana o vegetariana de tus niños sea sana y equilibrada:
Calcio: una dieta vegetariana debe incluir alimentos que aporten un alto contenido en calcio: semillas de sésamo, almendras, avellanas o brécol.
Ácidos grasos (Omega 3 y 6): una de las principales fuentes de ácidos grasos son los pescados azules pero existen en el mundo vegetal muy buenas alternativas como las semillas de chía o lino.
Hierro: la clave está en combinar. Si combinas los vegetales de hojas verdes o legumbres ricas en hierro con una fuente de vitamina C, eso va a favorecer la absorción del hierro. Puedes, por ejemplo, tomar lentejas con zumo de naranja o espinacas y acelgas acompañadas con zumo de limón.
Vitamina B12: es una de las vitaminas indispensables para nuestro organismo y que normalmente se obtiene a través de las carnes animales. Esta vitamina es esencial para el sistema nervioso y, aunque necesitemos de poca cantidad y consigamos almacenarla durante muchos años (lo que no sucede con otras vitaminas), es de muy difícil absorción y no se puede obtener en una dieta vegana sin suplementos específicos. Su falta puede llevar a daños neurológicos permanentes.
Proteínas: una de las desventajas de la dieta vegetariana tiene que ver con la ingesta de proteínas. La proteína animal tiene una complejidad diferente de la vegetal y, por eso, es importante que ingieras las mejores proteínas vegetales. Proteínas de cáñamo, guisante o arroz son muy asimilables y no sobrecarga el hígado.