Nuestros pies son la parte del cuerpo que más peso soporta a lo largo del día. La fascitis plantar es uno de los dolores más comunes en la parte del talón. La fascia plantar se inflama y produce un intenso dolor. Esta patología es bastante común. De hecho entre un 20% y un 30% de la población va a sufrir de fascitis plantar en algún momento de su vida. 

Qué es la fascitis plantar

La fascitis plantar consiste en la inflamación de la banda de tejido elástico que atraviesa toda la planta del pie llegando hasta el talón. Esta banda plantar conecta el hueso del talón con los dedos de los pies. 

El principal síntoma de esta lesión es una especie de dolor punzante que se localiza en la parte interna del talón. Este dolor además puede ir acompañado de una leve hinchazón, sensibilidad en la zona y enrojecimiento. Las molestias de la fascitis plantar suelen ser más intensas por las mañanas, ya que la rigidez de la fascia se acorta por la noche. 

La fascitis plantar suele aparecer en deportistas, especialmente en corredores, en personas con sobrepeso, en individuos que pasan muchas horas de pie, en personas con pies planos o en mujeres que han llevado un calzado poco adecuado durante mucho tiempo. 

Fascitis Plantar
Fascitis Plantar

Cómo prevenir la fascitis plantar

Para evitar que esta fascia plantar se inflame es importante desarrollar una buena rutina preventiva. Lo primero de todo es controlar nuestro peso. Como hemos visto el sobrepeso es una de las principales causas por las que puede aparecer la fascitis plantar. Lleva una dieta equilibrada y practica ejercicio regularmente para que tus pies no tengan que soportar peso de más.

El sobrepeso es un gran enemigo de nuestros pies

A continuación, te dejamos otros consejos que te mantendrán alejado de esta dolencia:

  • Utiliza un calzado apropiado para cada ocasión. Opta por zapatos con una buena amortiguación y con suelas ni demasiado rígidas ni demasiado blandas. Evita utilizar tacones demasiado elevados o pasar de un calzado con tacón a otro plano de golpe. 
  • Si practicas deporte es necesario que prestes atención a esta zona de tu cuerpo. Estírala de manera correcta para que no sufra. Realiza estiramientos que involucren el tobillo, el gemelo y el tendón de Aquiles. 
  • Después de un día intenso de deporte o tras demasiadas horas de pie aplica hielo en la zona durante unos 15 minutos. También puedes meter una pequeña botella de agua en el congelador y hacerla rodar con el pie para relajar la tensión de la fascia y aliviar el dolor. 
  • Utiliza plantillas ortopédicas y férulas nocturnas indicadas por tu médico. 

Si tras un año de tratamiento con analgésicos y antiinflamatorios el dolor no remite e incluso se hace más latente, se puede recurrir a la cirugía.