El estrés es una reacción de nuestro cuerpo, física y mental, ante estímulos o situaciones que nos resultan tensas, agobiantes y/o amenazantes. Cuando una persona está estresada tiende a sentir agobio, preocupación y agotamiento. Es algo cada vez más común, y hemos querido ver qué técnicas hay para combatirlo.

En pequeñas dosis puede ser positivo. Sufrir un episodio de estrés puntual puede resultarnos motivador y ayudarnos a alcanzar alguna meta personal o profesional, como por ejemplo cumplir con un plazo de entrega. Hay personas que sienten que mejora su productividad cuando trabajan “bajo presión”.

Técnicas que podemos practicar de forma fácil

Sin embargo, sufrir un estrés continuo puede afectar gravemente a nuestra salud física y mental. De hecho, el estrés puede desencadenar en dolores de cabeza, gastritis, insomnio, o incluso trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión.

Técnicas para combatir el estrés

Aunque es inevitable sentir estrés en algún momento de nuestra vida, es muy importante detectar las situaciones que nos generan ese estado de nerviosismo y aprender a gestionarlas. Por eso, conozcamos 5 técnicas y hábitos saludables que te ayudarán a reducir los niveles de estrés y sentirte más vital, feliz y relajada.

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Estrés, una preocupación para muchas

1. Hacer ejercicio regularmente

Practicar, al menos, 30 minutos diarios de ejercicio aeróbico, como caminar, correr, nadar o hacer bicicleta, te ayudará a oxigenar el cerebro, reducir el nivel de estrés y sentirte más relajada. Cuando practicamos ejercicio físico, nuestro cerebro libera lo que se conoce como ‘hormonas de la felicidad’: La dopamina, responsable de la motivación y el placer; la serotonina, que alivia el estado de ánimo; y las endorfinas, encargadas de la felicidad.

2. Relaja los músculos progresivamente

Se trata de sentir como cada una de las partes de tu cuerpo se contraen para, a continuación, relajarse y liberarse. Comienza por los dedos tus pies, apriétalos fuerte durante unos segundos y suéltalos. Continúa por tus piernas, glúteos, hasta llegar a la zona de los hombros y cuello, donde solemos acumular gran parte de la tensión. Relaja también tu cara, la mandíbula e incluso la lengua. Repite el ejercicio varias veces siendo consciente de cada grupo muscular de tu cuerpo.

3. Céntrate en tu respiración

Simplemente debes sentarte en una silla con la espalda recta y pegada al respaldo, y los pies apoyados en el suelo, manteniendo un ángulo de 90 grados con las piernas. Deja caer los brazos para que estén relajados y comienza a respirar lenta y profundamente. Con cada respiración debes notar como tu pecho se llena de aire y, a continuación se vacía muy despacio.

4. Dedícate tiempo a ti misma antes de irte a dormir

Dormir entre 7 y 8 horas diarias es esencial para descansar y reponer energías. Pero no solo se trata de dormir mucho, sino que tenemos que conseguir que este descanso sea de calidad. Por eso, te recomendamos que, al menos una hora antes de irte a dormir, desconectes de aparatos tecnológicos como el móvil, la televisión, el portátil o la tablet y te dediques tiempo a ti mismo. Limpia tu cara, tus dientes, ponte el pijama, lee un libro o escucha algo de música, tal y como comentábamos anteriormente. Te ayudará a conciliar el sueño y mejorará su calidad y tu descanso.