No podemos detener el paso del tiempo, pero sí frenar algunas pérdidas asociadas a cumplir años. Y una de ellas es el equilibrio. A medida que nos hacemos mayores, nuestro cuerpo pierde masa muscular, lo que implica una merma del equilibrio.  El equilibrio, o la capacidad de permanecer en posición vertical cuando nos paramos, sentamos o mientras caminamos, es esencial para protegernos cuando sufrimos un tropezón o tenemos que esquivar objetos. Además, perder el equilibrio tiene otras consecuencias menos evidentes o conocidas. Es posible mejorar el equilibrio de distintas maneras. Estas son cuatro de ellas.

A medida que nos hacemos mayores, nuestro cuerpo pierde masa muscular, lo que implica una merma del equilibrio

1. Revisar los oídos:

Para mejorar -y proteger- el equilibrio, lo primero que hay que hacer es cuidar la salud. Una infección de oído recurrente, padecer vértigo e incluso algunas medicaciones (antihistamínicos o analgésicos para reducir el dolor) pueden producir una merma en la capacidad natural del cuerpo de mantener el equilibrio.

2. Entrenar para estar fuerte:

Aunque el envejecimiento se relaciona con las canas, la menopausia (en el caso de las mujeres) y las arrugas acusadas, en realidad se trata de un proceso que se inicia mucho antes. Diversos estudios alertan de que empezamos a hacernos mayores una vez que cumplimos los 25 años, ya que, a partir de esa edad, comienzan a aparecer señales que advierten del paso del tiempo, relacionadas con el envejecimiento. Los entrenamientos que tienen como objetivo fortalecer los músculos pueden ayudar a mantenerlo. Y esta pauta es válida para todas las edades.

Equilibrio
Equilibrio

3. Hacer el flamenco

Hay un modo sencillo de mejorar el equilibrio que se puede practicar en casa sin equipo de gimnasio; incluso podemos hacerlo mientras esperamos al autobús. Un gesto tan simple como mantenerse en pie sobre una única pierna tanto tiempo como sea posible ayuda a fortalecer el equilibio corporal.

La eficacia aumenta si se hace con los ojos cerrados, ya que el ejercicio se complica. Una vez terminado, se debe cambiar de pierna y repetir la postura. Este barato y sencillo gesto contribuye también a mantener los muslos fuertes.

Del mismo modo, actividades físicas como taichí, baile o yoga ayudan a mantener el equilibrio.

4. Usar pelotas de equilibrio:

Las pelotas de equilibrio son un accesorio utilizado en clases de yoga, pero cada vez más habitual también en ejercicios básicos de fitness. Y resultan muy útiles para trabajar el equilibrio. El solo hecho de sentarse sobre una de estas bolas ya lo hace. Pero además con ellas se pueden realizar sentadillas o utilizarlas para hacer flexiones.