Los vecinos del Turó de la Rovira tienen claro que no permitirán de ninguna de las maneras que abra el Bar Bunkers, un establecimiento situado en la calle de Mühlberg, una de las vías de acceso en el recinto de la batería antiaérea del Turó de la Rovira, que se podría convertir en un nuevo foco de conflictividad en un barrio con graves problemas de saturación turística en torno a la batería antiaérea. Aunque el Ayuntamiento de Barcelona ya ha señalado que el establecimiento no tiene licencia para ofrecer servicios de bar y que si la solicita, se le denegará, los vecinos ya tienen decidido un plan de acción en caso de que llegue a subir la persiana.
El Consell Veïnal del Turó de la Rovira ha hecho público este viernes un comunicado en que hace un llamamiento a los vecinos a, en caso de que el bar intente abrir, concentrarse "delante del local hasta que la Guàrdia Urbana haga la inspección pertinente y lo precinte". Las entidades vecinales, que se han reunido tanto con el Síndic de Greuges de Barcelona, David Bondia, así como con el nuevo concejal del distrito de Horta-Guinardó, Lluís Rabell, consideran "una vergüenza" que tengan que ser los mismos vecinos los que se conjuren para evitar la apertura de un bar que, según el mencionado Consell Veïnal, estaría "enfocado hacia el turismo de borrachera que tantos problemas causa en la zona".
Asimismo, esta entidad expone las demandas que hicieron llegar a Rabell, entre las cuales se pide ampliar los controles de acceso a cargo de vigilantes subcontratados, que actualmente tienen lugar en la calle Gran Vista entre el viernes y el domingo, haciéndolos extensivos a los miércoles y jueves y también en la calle Mühlberg; que la Guàrdia Urbana requise las bebidas alcohólicas que se consumen en la vía pública y que se inicie la elaboración de un Plan de Usos para la zona del Turó de la Rovira en el que se incluya la prohibición del "alquiler turístico en todo el ámbito del Turó".
La Guàrdia Urbana hace tres semanas que lo sabía
Además, con respecto al Bar Bunkers, el Consell veïnal dels Tres Turons que el concejal Rabell haya admitido que ha conocido la problemática esta semana, "cuando empezamos a denunciarlo por redes", aunque se tiene constancia de que la Guardia Urbana tenía conocimiento de la posible apertura del bar desde hacía tres semanas. "Queda patente que si el vecindario no nos movilizamos, el Ayuntamiento y el distrito no hacen su trabajo de inspección y supervisión, a pesar de tener constancia de que se está incumpliendo la normativa", añaden, y por eso concluyen que "no toleraremos este negocio irregular que atenta contra nuestra tranquilidad, derecho al descanso, a la seguridad y, en definitiva, a no ser una zona de botellón y borrachera".