"No son okupas, son vecinas del barrio". Este es el argumento principal que defienden una cincuentena de personas que se han reunido desde primera hora de la mañana de este jueves para protestar por el desalojo del asentamiento de chabolas de Vallcarca, en el distrito de Gràcia de Barcelona, dónde se calcula que vivían unas sesenta personas, la mayoría gitanos rumanos, y también un grupo de magrebíes exmena que, según los vecinos que se han reunido para mostrar su apoyo, "se dedican básicamente a recoger chatarra". No todo el mundo lo ve así, y no faltan los vecinos que celebran que se haya acabado el "foco de problemas", según apunta Manel. Con todo, en torno a las nueve de la mañana, la sensación que impera en la avenida Vallcarca es la de incomodidad ante una situación de ocupación policial del barrio que, poco a poco, se ha ido normalizando.

Y es que el desalojo en sí no ha ocasionado particulares problemas de orden público, y los habitantes del alojamiento se han marchado rápidamente con los pocos paquetes que han podido recoger. Algunos todavía se encuentran en los entornos, pero se niegan a hablar con los medios de comunicación. Por su parte, y protegidos por el despliegue policial, varios camiones de los servicios de limpieza municipales han procedido a limpiar los solares hasta ahora ocupados. Por la parte policial, el amplio despliegue de los antidisturbios de la Guàrdia Urbana, con apoyo de los Mossos d'Esquadra, se ha dedicado a marcar distancias con los manifestantes, hasta el punto que en el momento de desplazarlos más allá de la avenida Vallcarca, hacia la calle Gomis, ha habido un poco empuje y un par de porrazos.

Hacia las nueve y media la policía se ha esforzado en recuperar una imagen de normalidad, con la reapertura de la avenida Vallcarca al tráfico y la apertura de la boca inferior del Metro de Vallcarca. Tanto la vía pública como el acceso al metro habían estado cerrados desde primera hora de la mañana, cuando se ha empezado a efectuar el desalojo. A las nueve y media algunas unidades de los Mossos d'Esquadra se han marchado, mientras los servicios de limpieza seguían trabajando, aunque se ha mantenido la línea de seguridad de la Guàrdia Urbana.

Mientras tanto, en la misma avenida Vallcarca continúan los intercambios de opiniones sobre la situación, mientras el colectivo de manifestantes, ya claramente alejado del lugar de los hechos, sigue defendiendo el derecho de los chabolistas a continuar en el asentamiento: "Si viven allí es porque no tienen otro lugar a donde ir", al mismo tiempo que lamentan que varios meses de negociación "no han servido para nada". Se espera que esta misma mañana haya declaraciones públicas de responsables del Ayuntamiento.