La Sindicatura de Cuentas ha detectado un sobrecoste final de las obras del Trambaix del 49,79%, ya que tuvieron un coste de 325,5 millones delante de los 217,3 millones presupuestados, y de un 35,05% en el Trambesòs, con 276,8 millones delante de los 205 millones previstos. Así lo concluye en un informe relativo a la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) y el sistema tranviario correspondiente al ejercicio de 2021, que ha hecho público este miércoles y en lo que también constata un sistema demasiado "garantista" para la empresa adjudicataria. Según señala, el sistema de contraprestación del servicio depende del número de validaciones y se cubren "con creces" los gastos, los márgenes, la totalidad del canon del sistema y unos beneficios del 26,36% en el caso del Trambaix y un 28,65% en el Trambesòs sobre el canon total previsto.
El informe indica que el incremento del precio de las obras se debe a una modificación de las condiciones esenciales con respecto a los contratos iniciales, fruto de varios cambios a lo largo de los trabajos, como por ejemplo cambios significativos del trazado previsto, incorporación de obras no previstas, prolongación de paradas o cambios de señalización entre otros. Con relación a estos cambios, la Sindicatura echa de menos un "mayor rigor" y una "mayor previsión" en las fases de planificación de los proyectos. Por ejemplo, en el caso del Trambaix cita como en el contrato refundido del 2009 se previeron nuevas inversiones que representaban el 7,04% del contrato inicial y que se adjudicaron de forma directa al adjudicatario del contrato inicial.
La Sindicatura opina que las nuevas inversiones se tendrían que haber licitado teniendo en cuenta que la obra principal ya estaba finalizada y que el coste de las nuevas inversiones junto con los modificados y complementarios a lo largo de la obra representaba un 41,94% más del coste inicial del contrato. Otro de los aspectos que observa la Sindicatura es que el convenio estable que el coste del sistema de alimentación continua terrestre que evitaba la construcción de una catenaria en la unión del tranvía tenía que ser asumido por el Ayuntamiento de Barcelona. Primero, se cuantificó en 7,95 millones de euros, pero la alta inflación y la crisis de suministros de materias primas incrementó el coste en 4,24 millones de euros, que fue asumido en un 78% por el gobierno de la ciudad y un 22% por la ATM, en contra de lo que se acordó en el convenio.
Revisar el sistema de contraprestación
En su informe, la Sindicatura de Cuentas también recomienda plantearse si el sistema de contraprestación del servicio para este tipo de obras y servicio es el "modelo adecuado" porque, en la práctica, afirma, "disminuye y casi anula cualquier riesgo" que la empresa pueda asumir. En este sentido, apunta que es "muy beneficioso para la empresa adjudicataria, pero con un coste que parece muy elevado para el sector público". Según explica, el sistema de contraprestación del servicio de transporte, que depende del número de validaciones, cubre "con creces" todos los gastos de operación que incluyen un margen del 5% sobre los gastos directos y un beneficio industrial del 10%, además de un canon que vuelve a incluir otros gastos como los financieros y de gestión, el impuesto sobre sociedades y un beneficio que para el Trambaix es del 26,36% y para el Trambesòs del 28,65% sobre el canon total previsto.
De acuerdo con la Sindicatura, en la mayoría de ejercicios las validaciones reales superan el 100% de las previsiones, o se quedan cerca, y eso ha hecho que las empresas hayan podido cubrir los gastos y los márgenes y beneficios y la práctica totalidad del canon, incluso en periodos de crisis como los registrados entre 2008 y 2014.