Garantizar un techo a las personas sin hogar es uno de los puntos clave del programa electoral de la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, pero tres años después de haber llegado a la alcaldía, el número de ciudadanos que duerme en la calle, lejos de reducirse, ha aumentado en creces.

Según los datos de la Xarxa d’Atenció a les Persones Sense Llar (XAPSLL), que agrupa una treintena de entidades del tercer sector y el propio ayuntamiento, la cifra de ciudadanos que no tienen un lugar donde vivir ha aumentado considerablemente. En el último recuento se detectaron 1.026, un 48% más de los registrados en el 2015, que fueron 693. La situación pues, se ha agravado.

Si a las personas que duermen en la calle les sumamos las que lo hacen en una residencia social, ya sea del ayuntamiento o de una entidad, el número de ciudadanos sin hogar, a día de hoy, llega a los 3.383.

Año Personas durmiendo en la calle en Barcelona
2008 658
2011 838
2013 870
2015 693
2017 1.026

 

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Una persona sin hogar en la calle Pelai de Barcelona / Foto: Sergi Alcàzar

Empadronamiento sin restricciones: arma de doble hilo

La principal hipótesis de este aumento tiene que ver con otro de los puntos del programa electoral de Barcelona en Comú que en este caso, sí que se ha cumplido, pero que se ha girado en contra del gobierno municipal. Es el empadronamiento sin exclusiones. Barcelona ha actuado los últimos años como polo de atracción para los sin hogar de poblaciones vecinas que no permiten el empadronamiento sin residencia fija. Ello explica que muchas de estas personas la escojan como ciudad donde vivir, se empadronen y puedan disfrutar así del acceso a los servicios sociales. Según fuentes municipales la mitad de las personas que solicitaron una plaza en un centro residencial durante el segundo semestre del 2017 llevaban menos de 6 meses viviendo en la capital catalana. Una tendencia que consideran "normal" porque es en Barcelona donde se centralizan muchas ayudas.

Según la jefa del programa de sin hogar y vivienda de Càritas Diocesana de Barcelona, Fina Contreras, el empadronamiento para todos es un factor "pero no es un tótem" porque el fenómeno de las personas sin hogar se debe a "una combinación de factores estructurales e institucionales" y eso incluye desde reclusos que salen de la prisión y no tienen donde ir, hasta alquileres con precios prohibitivos que también impiden el acceso a una vivienda. "Los jueces no tendrían que dictar un desahucio si los afectados no tienen una residencia y la ley de arrendamientos urbanos tendría que permitir alquileres de 10 años en lugar de 3 para generar estabilidad", explica Contreras como ejemplos para reducir la cifra.

A todos estos factores hay que añadir otro, la precariedad laboral que se traduce en sueldos bajos. El número de personas con trabajo que duermen en albergues del ayuntamiento o de entidades sociales se ha triplicado en los últimos 7 años. Ahora representan un 15% del total, por lo tanto "a pesar de tener trabajo, no pueden pagar una vivienda por su cuenta", añade.

Más recursos pero más gente durmiendo en la calle

Los datos asustan, y más si se tiene en cuenta que las entidades del tercer sector han aumentado sus recursos. Si en el 2008 había 1.190 personas que dormían en residencias de estas asociaciones, en el 2017 la cifra llega hasta los 2.006, un 69% más, "imagínate, la situación podría ser mucho peor", alerta Contreras.

La misma reflexión hacen desde el Ayuntamiento que, a pesar de aumentar los recursos, ve como el número de personas que duerme en la calle sigue en aumento: "hemos pasado de 27 millones de euros en el 2014 a los 35 millones actuales, y el fenómeno no se detiene", explican.

Sensesostre plaza catalunya barcelona - Sergi Alcàzar

Personas sintecho han acampado en plaza Catalunya / Foto: Sergi Alcàzar

¿Qué hace Colau frente al fenómeno de los sin techo?

A finales del 2016, el gobierno municipal presentó el proyecto "Primero el hogar" basado en el modelo 'housing first' que se aplica con éxito en los Estados Unidos, Canadá y Finlandia y que, como indica su nombre, lo primero que hace es proporcionar una vivienda sin condiciones y después acompañar al usuario en la reinserción social. Para sacarlo adelante, la alcaldesa anunció que triplicaría el número de pisos destinados a los sin hogar. En los 50 existentes de la época Trias se sumarían 50 al 2017 y 50 más entre el 2018 y el 2019. Aunque desde el consistorio no se han facilitado datos exactos aseguran que lo que se anunció se está cumpliendo.

El Ayuntamiento insiste en que dar respuesta a la situación de los que duermen al raso es una prioridad y ponen de ejemplo el centro que se puso en marcha a principios de año para jóvenes de 18 a 21 años que viven en la calle. Muchos de ellos han sido expulsados de la tutela de la Direcció General d'Atenció a la Infància i l'Adolescència (DGAIA) cuando llegan a la mayoría de edad.

A pesar de todo, sólo hay que pasearse una noche por la ciudad para darse cuenta de que cada vez más ciudadanos duermen en la calle. El Ayuntamiento se excusa con el argumento de que "estamos solos ante esta lucha" y que es un fenómeno que "también se da en el resto de ciudades europeas".