La programación cultural del conocido bar y local de conciertos Heliogàbal, situado en el barrio de Gràcia de Barcelona, vuelve a estar en peligro y su futuro cuelga de un hilo, solo un año después de la inauguración de su nuevo escenario. Una notificación administrativa los obliga a reducir el aforo en la madrugada a unas 33 personas a partir de este sábado 13 de abril y, en caso de incumplimiento, puede llevar a multas y el orden de cese de actividad. Se trata de una orden que el propietario del negocio, Albert Pijuan, califica de "la ruina", según avanzó este jueves eldiario.es, en tanto que habiendo aplicado esta restricción durante las tres últimas semanas han constatado que pierden cada mes unos doce mil euros que comprometen la viabilidad del espacio cultural-musical. 

Esta notificación administrativa, por parte del distrito de Gracia, remite a una inspección que la Guardia Urbana hizo en junio del 2023, en la cual se constató que los limitadores de volumen no cumplían los requisitos y que dentro del local había un aforo desmesurado de unas cien personas. Su licencia, como bar-cafetería, los permite acoger en el local a unas 150 personas, pero a partir de la medianoche el aforo tiene que reducirse a unas 33 personas, cosa que, según ha explicado Pijuan a ElNacional.cat, es insuficiente para cubrir el coste de los conciertos —la taquilla, asegura, va íntegra a los músicos—. Se trata de un aforo que el propietario considera demasiado reducido y que hasta ahora se ha incumplido por dejar que la gente que ya estaba en el concierto se quedara, sin vaciar el local, cosa que ha comportado que se abra un expediente administrativo y una posible sanción severa.

El popular bar y local de conciertos Heliogàbal, situado en la calle Ramón y Cajal del barcelonés barrio de Gràcia y a punto de hacer 30 años de historia, recibió el Premio Ciudad de Barcelona el año 2013 por su tarea de difusión musical. Con todo, a partir del 2016 empezó a recibir visitas y avisos de la Guardia Urbana por incumplimientos de la normativa. En el 2023, acogiéndose a los planes de Espais de Cultura Viva del Ayuntamiento de Ada Colau, el bar aprovechó para ampliar el escenario y hacer una serie de obras. El problema es que el local es un bar musical, pero sin licencia como tal, sino que lo tiene como bar-cafetería —explica Pijuan— de forma que de noche tiene su aforo limitado a máximo 33 personas. 

El propietario pide licencia para un mayor aforo de madrugada

En declaraciones al citado medio, Albert Pijuan lamenta que los estén haciendo fuera del barrio, donde "solo quedarán tiendecitas para guiris y coctelerías", y defiende que la gente pueda estar dentro del local para un proyecto cultural en un espacio "insonorizado" como el Heliogàbal, con una licencia que permita un aforo más amplio de madrugada. El propietario ironiza en declaraciones en El Nacional con lo que considera un señalamiento excesivo sobre su local en concreto y considera que no se gana nada haciendo cerrar la actividad. A causa de algún incidente puntual reciente en los alrededores, como unos jóvenes rompiendo los vidrios de una vivienda próxima de una vecina que les regañó y lanzó agua por hacer ruido, algunos vecinos del barrio se muestran a favor del cierre del local. El propietario descarta cualquier vinculación entre estos jóvenes y su local, alegando que el Heliogàbal ya había cerrado hacía rato y que estos podrían haber venido de cualquier otro bar de la zona. La próxima semana el Instituto de Cultura de Barcelona se reunirá para encontrar una solución de urgencia.

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