El parque de Joan Miró del Eixample de Barcelona, conocido popularmente como parque del Escorxador, se ha convertido de golpe en el núcleo de una queja vecinal a causa del inicio de los trabajos de prolongación de la Línea 8 de los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) entre las estaciones de Plaça Espanya y Gràcia pasando por Francesc Macià. La previsión de utilizar una buena parte del parque, aproximadamente un tercio, como zona logística, ha enfurecido a los vecinos, que lamentan que se les prive de una parte del parque durante un largo periodo de tiempo, ya que se prevé que la afectación se alargue al menos tres años.

En este contexto, este lunes la Vocalía de Urbanismo de la Associació de Veïns de l'Esquerra de l'Eixample denunciaba vía redes sociales que "para facilitar la obra de la L8 de FGC se plantee ocupar durante años un tercio de Parque Joan Miró, cortando más de 100 árboles." La misma entidad consideraba "inadmisible" la situación e instaba al conseller de Territori, Juli Fernández, y a la teniente de alcaldía Janet Sanz a "encontrar una alternativa". La sorpresa ha saltado cuando Sanz ha respondido a la petición vecinal asegurando que ya habían "trasladado a la Generalitat que tiene que encontrar una alternativa". "Des de el Ayuntamiento de Barcelona no aceptaremos destrozar el parque de Joan Miró", ha insistido Sanz.

Por su parte, desde la conselleria de Territori han apuntado que los trabajos previstos para implantar la zona logística de explotación de la tuneladora que perforará el túnel de la prolongación de la línea de FGC cuentan con el visto bueno de la Cas Gran. "Todo el plan de afectación está pactado con el Ayuntamiento", han señalado, rechazando así que pueda haber cambios, aunque desde el Govern se comprometen a intentar "generar los mínimos perjuicios y molestias posibles". Asimismo, recuerdan que habrá afectaciones durante aproximadamente 3 años y que se retirarán bancos, papeleras, barandillas y una marquesina, además de retirar 178 árboles, de los cuales 41 se trasladarán en un vivero y después retornarán y el resto serán repuestos por nuevos ejemplares una vez acabadas las obras.

En todo caso, ahora la situación queda abierta y mantiene un cierto paralelismo con el Mercado de la Estrella, donde el gobierno municipal ha cedido a la presión vecinal de renunciar al emplazamiento de la carpa provisional que permitirá rehabilitar el equipamiento. En este caso, el consistorio está estudiando una ubicación alternativa, aunque de momento todavía no ha definido cuál será.