Alea iacta est. El pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha rechazado los presupuestos por una amplia mayoría absoluta, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha activado esta mañana la cuestión de confianza para poder aprobar los presupuestos sin necesidad de pactar con ningún partido de la oposición. La operación, que podría permitir la aceptación de las cuentas en 30 días, también podría acabar con el gobierno de Barcelona en Comú y el PSC.

El resultado de la primera votación de los presupuestos ha sido de 26 votos en contra y 15 a favor en una sesión que ha estado llena de reproches entre ejecutivo y oposición. Ahora, la pelota pasa a los grupos de la oposición -CiU, C's, ERC, PP y CUP- que podrán presentar una moción de censura con un candidato alternativo en un plazo de un mes.

Duras críticas a Colau

Autoritarios, antidemócratas y continuistas. Estos han sido algunos de los apelativos que los grupos de la oposición han dedicado al gobierno de Ada Colau instantes antes de rechazar sus cuentas.

Joaquim Forn, de CiU, ha apuntado que el ejecutivo municipal sólo "gobierna para los suyos" y advirtió a la alcaldesa que no existirá un procedimiento como la moción de confianza puede evitar pactar con la oposición de cara a las votaciones ordinarias del pleno, donde BComú y PSC se encuentran en minoría (15 concejales). La líder de Ciudadanos en Barcelona, ​​Carina Mejías, ha apuntado que aprobar los presupuestos sin consultar la oposición "es profundamente antidemocrático" y calificó la actitud del ejecutivo como "una situación sin precedentes".

Alfred Bosch, de ERC, ha relacionado la aprobación de los presupuestos barceloneses con las cuentas catalanas. "¿Con qué presupuestos se deben conectar los presupuestos de la ciudad? ¿Con los de Burkina Faso?", ha apuntado el republicano, que ha recordado que Catalunya Sí que es Pot (CSQP) no apoyó los presupuestos de la Generalidad. Ahora, como consecuencia, es ERC quien no aprueba las cuentas de Barcelona para el 2017. Más allá de este condicionamiento, Bosch ha asegurado que Colau "no es de izquierdas" desde que decidieron "pactar con los aquellos que habían llamado mafia". La mafia era el PSC.

El popular Alberto Fernández Díaz ha recordado a Colau que aprobar las cuentas de esta manera, sin tener en cuenta la oposición, supone imponer el criterio de la minoría por encima del de la mayoría. En la misma línea, la cupaire María José Lecha ha tachado de "autoritario" el gobierno municipal y ha asegurado que los presupuestos presentados son "continuistas".

Ninguna autocrítica

Ante las críticas, la alcaldesa de Barcelona ha culpado a la oposición del rechazo de las cuentas. Colau ha asegurado que el resto de partidos "optaron por el silencio" en la comisión sobre los presupuestos, todo mientras el gobierno intentaba llegar a acuerdos y establecer reuniones.

Tanto Ada Colau como el primer teniente de alcaldesa, Jaume Collboni, se han mostrado especialmente sorprendidos ante el no a las cuentas de ERC y la CUP. "Puede pactar con la Generalitat, gobernada por la derecha catalana, y no con nosotros", ha apuntado la alcaldesa, que ha aprovechado la ocasión para atacar al PDeCAT al afirmar que el gobierno municipal "nunca financiaría las escuelas del Opus" sino que "apuesta por la escuela pública".

Por su parte, Collboni ha sido especialmente duro con el republicano Alfred Bosch, de quien ha dicho que "supedita Barcelona a los intereses de Oriol Junqueras".