¿Debe promover de manera indirecta una administración pública el consumo de alcohol a través de los espacios publicitarios municipales? Este es el debate que ha abierto la Sindicatura de Greuges de Barcelona, que dirige David Bondia. El síndico ha pedido al consistorio que ahora gobierna el alcalde Jaume Collboni no incluir anuncios de marcas de bebidas alcohólicas en soportes publicitarios municipales, como los autobuses de TMB, en paradas de tranvía o en andamios de edificios. Quien vive o trabaja en Barcelona sabe que no es extraño, de hecho, ver anuncios de vermut o cerveza en los laterales de los buses o de los tranvías.
Así, la Sindicatura de Greuges recuerda que desde 2009, los sucesivos planes de acción sobre drogas y adicciones que elabora el consistorio barcelonés plantean la limitación o eliminación de estas actuaciones publicitarias. Por ello, pide al Ayuntamiento coherencia y que se apliquen las recomendaciones de sus propios planes de acción. El síndic Bondia también apunta a que la Generalitat cuenta con un plan que recoge la idea de aprobar una ley que restrinja la promoción de productos alcohólicos.
Actualmente, la normativa establece prohibiciones generales en este ámbito. Por ejemplo, no se puede dirigir específicamente a menores, no se puede asociar a la mejora del rendimiento físico o el éxito social, profesional, etc.; ni se puede fomentar el consumo inmoderado u ofrecer una imagen negativa de la sobriedad. Sin embargo, las restricciones son muy desiguales en cuanto a los soportes publicitarios, sostiene el síndic. En este sentido, plantea que en la televisión y en la radio son muy estrictas, pero en el exterior, como vallas, paneles, transporte público, son "muy permisivas". Por ejemplo, solo están permitidos los anuncios audiovisuales de bebidas de menos de 20 grados entre las 20.30 y las 5.00 horas, pero en el transporte público, calles o parques no existe ninguna restricción horaria —para las de más de 23 grados sí que está prohibida la publicidad en el exterior—.
La Sindicatura ha analizado que la Dirección de Comunicación del Ayuntamiento permite en determinados casos la aparición de logotipos de bebidas alcohólicas, si tienen menos de 20 grados, como por ejemplo los patrocinios de los programas del Instituto de Cultura o de Barcelona Esports. Apunta que también constan campañas de bebidas, de menos de 23 grados, de TMB y del Instituto Municipal de Paisaje Urbano y Calidad de Vida. Aunque el síndic valora positivamente el trabajo municipal para abordar la problemática del consumo de alcohol por parte de menores en proyectos concretos.
En resumen, el síndic considera que si bien la actuación municipal se ajusta a derecho, "no es eficaz para garantizar el derecho a la salud de la ciudadanía en general y de los menores en especial". Por ello, recomienda que ninguno de los órganos del Ayuntamiento haga publicidad de marcas de bebidas alcohólicas en los soportes municipales publicitarios o promocionales que gestionan, incluyendo la red de transportes públicos, los convenios de colaboración y de autorización paisajística, las acciones promocionales derivadas de patrocinio y las colaboraciones con eventos. En segundo lugar, insta a impulsar la aprobación de una normativa que vincule a todos los servicios y entes municipales y consorciados y que prohíba las acciones de publicidad o promoción de marcas de bebidas alcohólicas en cualquiera de los soportes municipales.
El alcohol, principal herramienta de entrada a las adicciones
En el conjunto de la población, el alcohol sigue siendo la sustancia psicoactiva más consumida en Barcelona y la causa principal de inicios de tratamiento, según el último plan municipal contra las adicciones. Por lo que respecta específicamente a los y las adolescentes, la edad media para empezar a tomar alcohol es de 13 años y medio. "A la hora de implementar estrategias para hacer frente al alcoholismo, hay datos sólidos y sostenidos en el tiempo de cómo se han reducido otras adicciones, como es el caso del tabaco. Uno de los factores capitales fue lo que se conoce como “prevención ambiental”: medidas para cambiar el entorno físico, social, cultural y económico en el que vivimos las personas de una manera que facilite el cambio de conductas", defiende el síndic.