Desde que cerró puertas el pasado 14 de enero, la propiedad del cine Comèdia de Barcelona estudia cuál será el nuevo uso del inmueble que tiene la doble condición de estar catalogado como Bien Cultural de Interés Local y, por lo tanto, no puede ser sustancialmente intervenido ni mucho menos demolido, y la de equipamiento, que impide su uso residencial. La misma propiedad ya señaló, con motivo del cierre, que se estudiarían ofertas con valor añadido para la ciudad. Pasados unos meses y recibidas diversas ofertas, hay dos con más posibilidades sobre la mesa, diametralmente opuestas: o un operador de espectáculos que ya funciona en otras ciudades, o un proyecto innovador que quiere convertir el antiguo cine en un hub audiovisual para festivales de cine. ¿Palomitas o innovación? El debate sobre el modelo cultural de Barcelona está servido.
Según ha podido saber ElNacional.cat de fuentes conocedoras de las negociaciones, la propiedad ha recibido varias ofertas, pero las dos más potentes son, por una parte, una presentada por el entorno del festival de cine In-Edit, que ha presentado una propuesta que quiere convertir el cine Comèdia en un equipamiento como no hay ningún otro en ningún sitio del mundo, "una especie de hub de festivales de cine", es decir, un espacio donde se pudieran celebrar actos vinculados con festivales de cine catalanes y de todo el mundo, como premières u otras actividades, donde tendrían cabida certámenes celebrados en Catalunya o Sundance, Tribeca y Cannes a nivel mundial, además del mismo festival In-Edit.
Sundance y Tribeca o Mocedades y Los Panchos
La otra oferta que habría sobre la mesa es mucho más comercial, liderada por la Warner y que consiste en traer a Barcelona el concepto The Music Station, que ya funciona en Madrid, ubicado en la antigua Estación del Norte, y que consiste en convertir el cine en una sala de espectáculos mainstream. En la capital española, por ejemplo, se ofrecen conciertos de Abba the New Experience y Mocedades y Los Panchos. Las fuentes consultadas por este medio añaden que esta segunda opción es la que vería con mejores ojos el ICUB, es decir, el Ayuntamiento de Barcelona.
De hecho, la elección entre una opción y la otra, que tendría que estar definida como mucho en julio, pone sobre la mesa una vez más cuál es el modelo cultural que quiere tener la ciudad, con novedades recientes como la concentración de equipamientos de carácter histórico en un Museu d'Història de Barcelona cada vez mayor, o el cambio de orientación del Museo del Disseny, así como la aparición de museos como el Moco, sin arraigo en la ciudad, por no mencionar el proyecto fracasado de abrir una sucursal del Hermitage en Barcelona. "El caso es si queremos apostar por un modelo autóctono, más cultural y menos de palomitas o queremos un modelo como no nos diferencia de Madrid o Las Vegas", apuntan las fuentes consultadas.