Los vecinos de Poblenou ya no pueden más con los botellons. Ada Colau visitó este jueves por la tarde el barrio de Poblenou, donde los vecinos están hartos de los botellons constantes y denuncian que las calles se han convertido en un infierno cada noche. La alcaldesa se ha reunido con representantes del vecindario que el Ayuntamiento nombra Triángulo Lúdico, que son los que viven allí llaman 'Triángulo Golfo', junto con el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle. Un testimonio del SOS 'Triángulo Golfo', ha asegurado que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha prometido que impulsará multas de 600 euros a las personas que beban en la calle. Los vecinos hace mucho tiempo que esperan una medida de este tipo y señalan, que se tendría que haber tomado antes. La ordenanza actual contempla multas de un importe mínimo de 30 euros y con un máximo de 100. La alcaldesa se reunió con los vecinos horas después de que la madrugada del miércoles los Bomberos hubieran actuado para apagar un incendio en un contenedor que se había extendido a la persiana de un edificio en la calle Almogàvers. Los vecinos consideran el hecho uno más de los incidentes que denuncian permanentemente por la actividad nocturna que tiene lugar en la zona, con, por ejemplo, botellones cada noche, especialmente en verano.

Endurecimiento de la multa

Los botellones es uno de los principales temas que preocupan al Ayuntamiento de Barcelona. El primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, hace unas semanas ya hablaba sobre esta cuestión, e iba un paso más allá que Colau. Collboni planteaba endurecer de los 100 a los 1.000 euros las multas para beber alcohol en la calle, ya que consideraba que lo más importante es "que quede claro que hay prácticas que son incompatibles con la convivencia en la ciudad". Además, se mostraba partidario de endurecer las sanciones para reducir los comportamientos incívicos a Barcelona. Collboni, con datos bajo el brazo, aseguraba que durante los primeros seis meses del año se han puesto más sanciones por exceso de ruido que en todo el año 2019, antes de la pandemia. Por esta razón, el primer teniente de alcalde, cree que, si la multa no es suficiente, lo que hace falta es "subir el importe de las sanciones".

La propuesta de Collboni generó críticas del grupo municipal de ERC al Ayuntamiento de Barcelona, que no veía con buenos ojos la propuesta. El portavoz del grupo republicano, Jordi Coronas, calificaba la propuesta de "desproporcionada" señalando así que si bien "es cierto que ahora salen baratas" hay que poner sanciones "en su justa medida". Según escribía en un hilo a Twitter, "de entrada hace falta preservar y ofrecer alternativas a la sanción a los menores de edad", así como tratar de manera diferenciada a las personas sin hogar. Aprovechaba, pues, para atacar la gestión del Ayuntamiento "la realidad es que la ciudad se les ha escapado de las manos y ahora pretenden arreglarlo todo así". En esta línea afirmaba categórico que "gobernar es más que incrementar las sanciones".