Rita, Rosa, Antoni, el Rafa y Roger esperan rigurosamente que sean las 12 de la noche para empezar a recorrer el casco antiguo de Sarrià. Son cinco del millar de voluntarios, organizados en unos 250 grupos, que esta madrugada del jueves han peinado las calles de Barcelona para contar a las personas sin hogar. "El objetivo del recuento es hacer una foto fija de lo que pasa en la ciudad de Barcelona y de cuántas personas duermen esta noche en la calle, así como sensibilizar la ciudadanía de esta situación, que muchas veces sufre una gran invisibilidad o una falta de conciencia de lo que puede llevar", explica Maite Mauricio, representando de la Red de Atención a Personas Sin Hogar Barcelona (XAPSLL), que está formada por 38 entidades y el Ayuntamiento y que se encarga de organizar el recuento. "Por eso decimos que la línea es muy fina. Todos somos vulnerables, todos podemos acabar en esta situación", añade Mauricio.

En este grupo de cinco voluntarios de Sarrià hay profesionales del ámbito social, una persona que es vecina del barrio y personas que han pernoctado en la calle en una etapa anterior de la vida. "Su sabiduría es esencial para el recuento", subraya Roger Fe, educador social del Centro de Acogida Asís. Cuando son las 12 de la noche, hora en qué oficialmente empieza el recuento, los voluntarios empiezan a pintar en el mapa que llevan las calles por donde pasan y preparan la aplicación donde entrarán los datos referentes a las personas que puedan encontrar durmiendo en la calle. De antemano tienen unas dos horas de trabajo por conseguir parte de esta foto fija que busca la XAPSLL y que tiene que servir para "un análisis exhaustivo" y para "orientar las actuaciones tanto a nivel político como de las entidades", según los organizadores.

Un hombre durmiendo en un cajero es la primera persona en una situación de sensellarisme que se encuentra este grupo. Se alejan unos metros de la oficina de la entidad bancaria y allí entran dadas como, por ejemplo, que es un hombre, que se encuentra solo, con que no lleva animales y que duerme en un cajero. Lo hacen de manera muy discreta porque los voluntarios no quieren invadir el espacio íntimo de esta persona. La calle se ha tenido que convertir en su casa e, irrumpir, sería entrar en su privacidad. "Hoy no es para hablar sino para contar", precisaban a los organizadores antes del recuento. "La gente a veces tenemos ansiedad para ayudar, pero son procesos muy largos y complejos que tienen que traer profesionales", dice Roger Fe.

Unas calles más adelante este grupo de voluntarios se encuentran, medio escondido, un coche de una marca de gama alta, pero de matrícula antigua. Enseguida, en dos de los voluntarios, se les enciende la alerta. Y no se equivocan. En el asiento de atrás duerme una persona.

Este es el tercer recuento con carácter anual que se hace en la ciudad de Barcelona, si bien esta iniciativa arrancó en el 2008. El año pasado, 1.026 personas dormían en las calles de la capital catalana y 1.954, en recursos de alojamiento de la XAPSLL. En total, 2.980 personas sin hogar en la ciudad. En el 2016, se contaron 2.847, de las cuales 940 dormían en la calle y 1.907, en recursos de alojamiento de la red. En el 2015, 892 personas dormían en las calles. Unas fotografías fijas donde cada vez salen más personas