El grupo municipal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona no sólo tenía claro que rechazaría los presupuestos de Ada Colau, sino que incluso había descartado que las cuentas barcelonesas pudieran convertirse en moneda de cambio en una eventual negociación con los comunes con respecto a los presupuestos de la Generalitat. Así lo dijo el presidente del grupo municipal de ERC en el consistorio barcelonés, Ernest Maragall, de forma bastante explícita el martes pasado, cuando afirmó en una tertulia radiofónica que un intercambio de ese tipo sería "menospreciar absolutamente Barcelona como ciudad y como sujeto político, como sociedad y como institución".

"¿Tan poca cosa valemos que sólo podemos tomar decisiones si en el Parlament de Catalunya o en el parlamento español pasa según que o según con quien?", afirmó Maragall el pasado 16 de noviembre ante los micrófonos de Ser Barcelona, añadiendo a continuación que consideraba como "obligación y responsabilidad tomar decisiones en función de lo que consideramos que es el interés general de esta ciudad".

 

De hecho, aquellas declaraciones llegaron al día siguiente que Maragall oficializara el no de ERC a las cuentas de Colau y el día antes que se sometieran a votación en la Comisión de Economía y Hacienda, que finalmente fueron salvados in extremis gracias al voto favorable de BCN pel Canvi -los herederos de Manuel Valls- y la concejal no adscrita.

Cambio total este lunes

Pero si a principios de la semana pasada todo parecía absolutamente claro y diáfano, este lunes ha habido un giro copernicano y después de que Aragonès ha comunicado el acuerdo presupuestario con los comunes, ERC de Barcelona se ha tenido que apresurar a dar a conocer el cambio de su sentido del voto con el objetivo "de favorecer" la aprobación de las cuentas barcelonesas.

¿Y entonces, qué ha pasado para que ERC haya cambiado radicalmente y se haya pasado de negar ningún canje a tragarse el sapo del muerto del acuerdo? "Hay una situación que no tendría que tener nada que ver con el ayuntamiento que se ha desarrollado en las últimas horas", ha afirmado Maragall en declaraciones a elNacional.cat, para añadir que lo considera "criticable desde todos los puntos de vista y no parece la mejor definición de práctica política".

Con respecto a sus declaraciones en Ser Barcelona, Maragall ha afirmado que "es evidente que estaba en contra y que no nos gusta este planteamiento de mercadeo y de exigencia con los presupuestos de Barcelona, no obstante no somos indiferentes al resto del país y de la ciudadanía", además de apuntar que "los comunes han sucursalizado Barcelona y lo han puesto en el mostrador de contraprestaciones parlamentarias".

En este sentido, el líder de ERC en la ciudad de Barcelona ha afirmado que "a los barceloneses nos interesa que se aprueben los presupuestos de la Generalitat" y por eso ha considerado que "la cuestión práctica de tener o no tener presupuestos de Catalunya es una opción de suficiente alcance como para no quedarnos indiferentes", y justifica así como cuestión de "sentido común y de reacción responsable" que ahora se faciliten las cuentas de Colau, pero al mismo tiempo defiende que eso no implica "un cambio de posición, sino que más bien se trata "de una derivada de una exigencia parlamentaria que demuestra la responsabilidad de ERC en Barcelona en una contribución activa para tener presupuesto en el país".

Agradecimiento de Aragonès

Por su parte, el president Aragonès ha agradecido la "responsabilidad" de Maragall, que ha accedido a permitir la tramitación de los presupuestos de la ciudad para que los de la Generalitat salgan adelante. "Sólo puedo tener palabras de agradecimiento. En estos momentos difíciles siempre ha dado un paso adelante y hoy también lo ha hecho", ha defendido al president después que el líder de los republicanos en el Ayuntamiento de Barcelona haya anunciado que cambiará el sentido de su voto y permitirá que las cuentas del consistorio salgan adelante para facilitar los de la Generalitat.

 

Imagen principal: Ernest Maragall, presidente del Grupo Municipal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona / ACN