La sede de Vox en Barcelona ha tenido que ser desalojada este jueves por la mañana después de recibir un aviso telefónico de amenaza de bomba. La sede, situada en la calle del Camp, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi, ha sido vaciada con carácter de urgencia después de recibir una llamada telefónica donde se aseguraba que la oficina explotaría en una media hora, además de proferir insultos hacia esta formación de ultraderecha. Según ha informado el mismo partido político, se ha procedido inmediatamente a desalojar la sede y avisar a la policía. El suceso ha obligado al secretario general del partido, Ignacio Garriga, a cancelar una reunión que tenía prevista esta misma mañana.

Según ha podido saber ElNacional.cat, la llamada ha tenido lugar hacia las once y media, y una vez avisados los Mossos d'Esquadra se ha procedido a desalojar preventivamente la sede. A las doce y media, pasado el plazo de media hora que habría proferido la persona que ha hecho la llamada y sin que se haya localizado ningún artefacto explosivo, la sede continuaba desalojada de forma preventiva, pero todo apunta a que ha sido una falsa amenaza.

TEDAX descarta la presencia de bomba en Vox Barcelona

Según ha podido saber este medio, uno de los perros de la Unidad Canina de los Mossos ha marcado positivo en un paquete que se encontraba en la recepción de la sede del partido ultra. Esto ha obligado a hacer entrar en la sede a los especialistas artificieros de la policía catalana, el Tedax, que han comprobado el paquete y han descartado que se tratara de un artefacto explosivo. Alrededor de la una y media del mediodía se pudo dar el incidente por cerrado y se pudo volver a entrar en la sede. Ahora los Mossos investigarán quién ha realizado la llamada y con qué motivación.

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Los Mossos han cortado la calle del Camp / Foto: Vox

Esta amenaza de bomba se suma a las que han habido las últimas semanas, como la que tuvo lugar el pasado 20 de octubre en el Hospital General de Sant Cugat, que obligó a evacuar el centro y activar el protocolo antiterrorista, o la que tuvo lugar el 22 de octubre en la sala Razzmatazz de Barcelona, que obligó a desalojar de madrugada la sala de conciertos. En todos los casos se trataba de falsas amenazas de bomba.

Multa de hasta dos millones de euros

En el caso del Hospital General, la falsa amenaza comportó la detención, el 26 de octubre pasado, del presunto autor de la llamada. El arrestado, un hombre de 56 años, se enfrenta a cargos por un delito contra el orden público, lo cual puede implicar hasta un año entre rejas o el pago de una multa de hasta dos millones de euros. La llamada al centro hospitalario se hizo el viernes 20 de octubre por la tarde. El hombre al otro lado de la línea alertó al personal del centro médico de que haría estallar una bomba que había colocado previamente en una de las salas del hospital. Inmediatamente, los agentes especializados en artefactos explosivos de los Mossos d'Esquadra, la unidad TEDAX, se personaron en Sant Cugat. Con la ayuda de la unidad canina rastrearon todo el edificio, que fue evacuado de manera preventiva siguiendo los protocolos establecidos, en busca de la bomba.

Después de un par de horas, la policía catalana pudo asegurarse de que no existía ninguna bomba, y que se había tratado de una falsa alarma. La consiguiente investigación culminó con la identificación y la detención del hombre responsable de la llamada, quien, con un cuestionable sentido del humor, se aprovechó de la tensa situación provocada por la escalada de violencia en Oriente Próximo después del ataque del grupo terrorista Hamás en Israel.