Carlos Baglietto
Uno de los principales problemas de la aplicación del urbanismo táctico en la ciudad de Barcelona, en particular en el distrito de L'Eixample, es su rápida degradación y el mal uso que se hace. La pintura se estropea rápidamente, las zonas de recreo a menudo son utilizadas para cometer actos de incivismo y los carriles ganados a los peatones son ocupados por coches que los utilizan como aparcamientos de urgencia.
Todo ello, detalles que demuestran que sobre el papel estas actuaciones sobre la vía pública pueden tener una clara intencionalidad de mejora de la vida de los ciudadanos pero que, en la práctica, supone un factor más en la actual degradación que vive la ciudad de Barcelona.
Los carriles de calzada convertidos en zona de peatones presentan varios problemas, como la peligrosidad inherente por la proximidad de los bloques de hormigón en la zona de tráfico. Otro de los más evidentes es el desgaste de la pintura, que amarillea y da una imagen de dejadez. / Foto: Carlos Baglietto
Los carriles de calzada convertidos en zona de peatones presentan varios problemas, como la peligrosidad inherente por la proximidad de los bloques de hormigón en la zona de tráfico. Otro de los más evidentes es el desgaste de la pintura, que amarillea y da una imagen de dejadez. / Foto: Carlos Baglietto