Los comuns han impedido revocar la cesión del Palauet Albéniz a la Casa Real, en la votación de una propuesta de JxCat en la comisión municipal de Presidència de Barcelona de este miércoles. 

Los de Ada Colau han justificado su abstención indicando que, a pesar de compartir el fondo de la cuestión, ven que hay un "espíritu maximalista".

De la misma manera se ha denegado la cesión de equipamientos municipales a la Casa Real, y el cambio del nombre de las calles que tengan relación con la Corona.

La iniciativa no ha prosperado por los votos en contra de Cs, PP, PSC y BCN Canvi, la abstención de BComú y los votos a favor de ERC y JxCat.

La concejal de JxCat Elsa Artadi ha defendido la proposición alegando que se necesitan nombres de calles que estén "llenos de vida", y ha exigido a la alcaldesa Ada Colau que sea consecuente, que no se quede en los discursos y que no asista a los actos convocados por la Casa Real.

En la misma línea que JxCat, la concejal de ERC Elisenda Alamany ha señalado que su deber es con la memoria histórica: "No podemos ni queremos olvidar lo que significó el franquismo. La monarquía es la estela que mantiene vivo aquel ostracismo al que quisieron condenar a nuestro país".

El concejal de BComú Jordi Martí ha sostenido que aunque su grupo es republicano y que "defender la república es perfectamente legítimo con un sistema democrático, además de poder criticar la actuación del monarca actual", no creen que el espíritu de esta proposición sea la manera, porque, según ha dicho, se debe hacer por vías más tranquilas.

"La frustración de JxCat"

Por otra parte, el concejal del PP Josep Bou ha considerado que la iniciativa nace de la "frustración" de JxCat y "del extremismo" que ha dicho que tienen al "hacer desaparecer la historia de España de las escuelas y ahora querer hacerlo de las calles".

Paco Sierra (Cs) ha asegurado que ha tenido que "mirar dos veces si era ERC o la CUP" quien hacía la proposición, y Manuel Valls (BCN Canvi) ha criticado que la visión supremacista y el nacionalismo lleva a la división, ha dicho.

Albert Batlle (PSC) ha defendido su voto en contra recordando los años en que Convergència y los socialistas compartieron posicionamientos en el ámbito municipal.