Barcelona en Comú facilitará la tramitación del proyecto de presupuesto del gobierno de Jaume Collboni. Así lo ha anunciado la portavoz de los comuns en el Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz, solo veinticuatro horas antes que el gobierno municipal lleve el presupuesto a tramitación en una Comisión extraordinaria de economía. Los de Ada Colau facilitarán que se supere el trámite, pero a cambio han dado un plazo de 30 días a Collboni para formar un gobierno de coalición. Sanz ha detallado que este martes concretarán el sentido del voto —que puede ser a favor o una abstención para facilitar la tramitación—, y que el voto definitivo estará en el pleno del 22 de marzo "es lo que cuenta". Para que el proyecto se pueda tramitar, hace falta que a la comisión de este martes se apruebe con mayoría simple, es decir, más votos a favor que en contra. En todo caso, el presupuesto no se votaría hasta el pleno de marzo. Hasta el pleno, Sanz ha recordado que pasarán 30 días en que BComú quiere que se llegue a un pacto de gobierno con las fuerzas de izquierda, PSC, BComú y ERC: "Si aquí no hay pacto de gobierno, votaremos que no. Desde BComú no esperaremos más al hecho de que se haga el pacto de gobierno de izquierdas".

"Situación insostenible"

Janet Sanz ha advertido que sin un gobierno estable no puede haber presupuestos "y ningún gobierno municipal puede pedir un cheque en blanco". La portavoz de los comuns se ha mostrado crítica con los socialistas y ha denunciado que los han llevado a una "situación insostenible". En este sentido, ha recordado que fue el mismo alcalde quien se comprometió a tener un nuevo gobierno y un nuevo presupuesto antes de la primavera. "Es su palabra y propuesta", ha remachado. Precisamente, por estas promesas es que ha catalogado de "presa de pelo" el anuncio de Collboni de la semana pasada. Con todo, ha afirmado que no será por culpa de los comuns que no haya gobierno de izquierdas. "Permitiremos esta tramitación como ultimátum para que el gobierno haga el que tenga que hacer para que Barcelona tenga un gobierno estable", ha añadido.

Además, Sanz ha tildado de inexplicable que el alcalde prefiriera optar por la vía de la moción de confianza y "ir por la puerta trasera" a aprobar unos presupuestos antes de que ligar un pacto de izquierdas. "Si no hay pacto de gobierno, será un voto contrario", ha concluido diciendo que "cuando un gobierno quiere un acuerdo lo consigue y con treinta días tiene suficiente". Aun así, ha confirmado que se encontraron el pasado viernes con el gobierno, pero que no han mantenido más reuniones.

Responsabilidad en los presupuestos

El objetivo de Jaume Collboni es que los presupuestos queden aprobados en primavera. Para conseguirlo, ha pedido a los grupos de la oposición a que permitan la tramitación por "responsabilidad". En una comparecencia desde el Saló de Cent, la semana pasada Collboni hizo referencia a proyectos como la cobertura de la Ronda de Dalt, la transformación de la Rambla, la ampliación de la Feria o el nuevo Port Olímpic, algunos de los que ya está en marcha, pero también a la necesidad de contar con un nuevo presupuesto para hacer frentes a retos como el acceso a la vivienda o las inversiones en los barrios. "No tener un presupuesto en el 2024 supone no tener disponibles 715 millones de euros por ejecutar", lamentó.

En la misma línea se manifestó el viernes desde un acto al Círculo de Infraestructuras, mostró su "determinación firme" para que se aprueben "la ciudad los necesita igual que los necesitan Catalunya y el Estado". El alcalde aseguró que están "en plenas conversaciones" con los grupos municipales. El alcalde barcelonés recordó que su propuesta de cuentas es de 3.800 millones de euros, una cifra "récord", y ha destacado que se incluye 1.000 millones de euros en gasto social.

La cuestión de confianza

Sobre una eventual cuestión de confianza —sería un mecanismo que le permitiría aprobar automáticamente el presupuesto en caso de que el pleno tumbara el presupuesto— ha afirmado que "paso a paso". Si Collboni vinculara la aprobación de las cuentas a una cuestión de confianza y la oposición no consigue presentar en un mes una moción de censura firmada por un mínimo de 21 concejales —la mayoría absoluta— y con un candidato alternativo a la alcaldía, el presupuesto quedaría aprobado. No es la primera vez que se utiliza este mecanismo. El gobierno de Colau, por ejemplo, también lo utilizó para aprobar el presupuesto para el 2018, vinculando su aprobación a una cuestión de confianza y después de que el proyecto presentado por el gobierno no se aprobara en el plenario.