Casi 2.000 personas, en concreto, 1.982, duermen en la calle en Barcelona según los datos aportados por Arrels Fundació a partir del recuento efectuado la noche del 3 de diciembre en Barcelona. Aquella noche, un equipo de 600 voluntarios recorrió los barrios y testimonió un 43% más de personas sin hogar que en el último recuento, el de 2023 (1.384). “Es una cifra récord que evidencia lo necesarias que son unas políticas públicas adecuadas para resolver la problemática”, señala la entidad según recoge la ACN. El recuento también revela que los desalojos de asentamientos en diferentes partes de la ciudad desde el verano han desplazado a algunas personas sin hogar.
Otra novedad es que Sants-Montjuïc es el distrito con más personas durmiendo en la calle, 489, un 134% más que en 2023 (209), seguido por el Eixample, con 389 (302 en 2023). Por primera vez, Ciutat Vella no es el distrito con más personas durmiendo a la intemperie y ahora es el tercer distrito, con 372 personas en la calle, frente a las 339 de hace dos años. En Sant Martí se contabilizaron 335 personas viviendo a la intemperie, un 69% más que las 198 del recuento anterior. En Les Corts había 44 en 2023 y esta vez, 74, un 68% más. Le sigue Horta-Guinardó (66 personas por las 44 de 2023, un 50% más); Gràcia (67 personas; 57 hace dos años); Sant Andreu (60 personas por 49); Nou Barris (en este caso baja, de 64 en 2023 a 62 este año); Sarrià-Sant Gervasi (donde también baja, de las 78 personas durmiendo a la intemperie en 2023 a 68 este año). En 47 de los 73 barrios de la ciudad Arrels ha encontrado más personas durmiendo en la calle que en 2023.
Una fotografía “de mínimos” y cambiante
La directora de Arrels, Beatriz Fernández, ha señalado en la presentación de los datos que esta es una fotografía “de mínimos”, ya que se han ceñido a contar a las personas que vieron los voluntarios y porque algunas áreas de la ciudad, como Montjuïc, no se han podido cubrir íntegramente. La entidad tampoco ha contado en este caso a las 100 personas que desde el 2 de diciembre se han podido acoger en el dispositivo invernal del Ayuntamiento de Barcelona. Además, este año, por primera vez, la entidad fue al aeropuerto de El Prat, donde ha contabilizado 63 personas. Arrels también ha detectado “nuevas dinámicas” de sinhogarismo, como agrupaciones de personas en diversos puntos de la ciudad o tiendas de campaña.
Según Arrels Fundació, tras el recuento se puede concluir que la fotografía general del sinhogarismo callejero en Barcelona “ha cambiado” en los dos últimos años. Hay “más personas” durmiendo a la intemperie, pero en “espacios diferentes” de los que solían ocupar hace un tiempo, ya que tras los desalojos que se han hecho desde el verano en el parque de la Ciutadella, en la estación del Nord, el Parc Joan Miró u otros espacios como el Centre de Primera Acollida de Nou Barris, Arrels Fundació detecta que “hay personas que se han tenido que desplazar”. Hay distritos como el de Sant Martí, donde el número de personas que viven a la intemperie ha aumentado en nueve de sus diez barrios, indican desde la entidad. También se ha observado un aumento “muy evidente” de personas viviendo a la intemperie en Montjuïc y la Zona Franca, en el barrio del Bon Pastor y en Horta. Estas son zonas donde “tradicionalmente” no se encontraba un número significativo de personas viviendo a la intemperie, en comparación con el centro de la ciudad.
Junts y Comuns fuerzan un pleno extraordinario
Una vez conocidas estos datos, los grupos de Junts per Barcelona y Barcelona en Comú han forzado un Pleno Extraordinario para “constatar el fracaso del gobierno de Collboni en la gestión del sinhogarismo en la ciudad”. La iniciativa conjunta se ha presentado tras conocer el último recuento de la Fundació Arrels, y una vez constatado que a pesar del incremento del número de personas que duermen en la calle, el ayuntamiento no prevé presupuesto, calendario ni objetivos concretos para abordar esta problemática, “limitándose a buenas intenciones”. Tanto BComú como Junts denuncian la “inacción y la incapacidad de Collboni” para ofrecer respuestas adecuadas al creciente número de personas que duermen en la calle.