Uno de cada cuatro menores de Barcelona vive en una situación de exclusión, unas cifras muy preocupantes ofrecidas por el estudio sobre exclusión social en Cataluña de la Fundación de fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada, de Cáritas. Este ente acompaña a más de 80.000 personas de la capital catalana, donde, según ha informado la asociación Arrels este mes de diciembre, más de 2.000 personas viven en la calle en una situación de vulnerabilidad extrema. Cáritas de Barcelona supervisa también hasta 30.000 viviendas de la ciudad, ya que hay personas que, si bien tienen un techo, viven en situaciones muy complejas. En el estudio, con datos de 2024, se recoge la realidad de 602 hogares y 1.519 personas, a partir de una encuesta, de la que se deriva que hay unas 450.000 personas (el 17% de la diócesis) que vive en esta situación de exclusión social. Uno de los datos más impactantes del informe, presentado este miércoles por el arzobispo Joan Josep Omella es que el 26,9% de los menores de edad están en situación de riesgo, una cifra aún más elevada en el caso de las familias monoparentales. Una de las grandes problemáticas de la ciudad son los hogares con hacinamiento grave. En 9 de cada 10 pisos donde se ha registrado esta situación hay menores de edad.
Tener trabajo ya no protege
Durante décadas, era muy difícil ver a personas viviendo en la calle o en situación de exclusión social que tuvieran un trabajo, ya que su sueldo les permitía vivir dignamente. Esto ya no es así, alerta Cáritas, porque según recoge el estudio, la precariedad se ha convertido "en la nueva normalidad" en la diócesis y que el hecho de tener trabajo ha perdido "capacidad protectora". Los datos son claros: el 57,5% de las personas en exclusión social viven en hogares encabezados por alguien que trabaja, una situación más complicada aún para personas migrantes y jóvenes. "Trabajar ya no salva de la exclusión", ha apuntado Amèlia de Juan, jefa del Área Social, Análisis e Incidencia de Cáritas Barcelona, que ha advertido que la capacidad de ahorro se está convirtiendo en "misión imposible".
El alquiler, elemento diferenciador
Uno de los principales problemas de los catalanes y también de los barceloneses es la grave crisis de la vivienda, con un mercado muy tensionado y el elemento que centra buena parte de la agenda política del Govern. Este elemento es diferenciador, ya que Cáritas Barcelona avisa que más del 15% de la población se queda en situación de pobreza extrema después de pagar el alquiler. Y el análisis advierte que el alquiler se ha convertido en una "trampa de pobreza" porque el porcentaje de personas en riesgo de pobreza que viven en régimen de alquiler casi triplica a las que viven en régimen de propiedad. Mientras el 8,2% de las personas que viven en régimen de propiedad se encuentran en riesgo de pobreza, en el caso del alquiler la cifra se eleva hasta el 22,3%.