El controvertido urbanismo táctico aplicado por el Ayuntamiento de Barcelona con el fin de convertir zonas destinadas al tránsito rodado en espacios de uso para peatones a golpe de pintura tendrá continuidad con el denominado "verde táctico", un concepto insertado en el Pla Natura 2021-2030 que este lunes ha presentado el concejal Eloi Badia para anunciar la intención de aumentar en casi veinte hectáreas las zonas de verde hasta el 2023.

La previsión del consistorio es incidir en las zonas con más déficit a partir de la articulación de este verde táctico con una serie de actuaciones que se centraría en espacios no claramente considerados como zonas verdes, como "cubiertas verdes, medianeras, interiores de isla y ejes verdes". Estos tipos de actuaciones se centrarían principalmente en los distritos de Ciutat Vella y l'Eixample.

Dentro de este nuevo plan, la previsión es llegar a sumar 18,6 hectáreas más de verde en el 2023, con la ejecución de una cuarentena de actuaciones, que se añadirán a las más de 20 hectáreas ejecutadas entre los años 2019 y 2021 con 82 actuaciones. Entre las actuaciones de este "plan ambicioso" en palabras del concejal Badía se incluye la transformación de espacios como la Magòria y la Sagrera.

Tres ejes

Este plan se estructura en tres ejes: el primero, aumentar el verde y la biodiversidad con una distribución equitativa y haciendo énfasis en la conexión con los espacios verdes del entorno metropolitano, como Collserola y los espacios fluviales del Llobregat y el Besòs.

El segundo eje se centra en la conservación y la mejora del verde y la biodiversidad con el objetivo de llegar hasta las 385 hectáreas en el 2023, que representarán un 38% del total, de verde en la ciudad (actualmente Barcelona dispone de 316 hectáreas de este tipo de verde); y en este ámbito contempla crear un observatorio de la biodiversidad.

Para llegar a las 385 hectáreas, Badia ha explicado que el verde se instaurará en "puntos pequeños que se pueden ubicar en todas partes" y también en grandes parques de la ciudad donde algunos de los ámbitos estarán más naturalizados.

Finalmente, el tercer eje prevé la participación ciudadana para acoger iniciativas y ofrecer propuestas concretas para que los vecinos, las organizaciones, entidades y administraciones puedan tener un papel activo en la promoción de la biodiversidad.

De todos modos, el Plan todavía no está cerrado y sigue ahora un proceso participativo ciudadano mediante el cual se debatirá, se formularán sugerencias y propuestas, y con lo que se acabará de cerrar la propuesta antes de redactar finalmente.

 

Imagen principal: Jardín vertical en la avenida Josep Tarradellas / AjBCN