El bar-restaurante Jofama, un local emblemático de Barcelona que desde hace 64 años regentaba la misma familia, se ha visto obligado a cerrar este fin de semana después de intentar sobrevivir a la presión de un fondo buitre. Situado en la esquina de la calle Girona y la avenida Diagonal, el Jofama ha visto pasar a tres generaciones, tanto delante como detrás de la barra, pero como otros locales en la ciudad, no ha podido sobrevivir y ha tenido que bajar la persiana. Entristecida por el final de esta historia, Anna, hija del actual propietario, ha decidido dejar un mensaje de despedida escrito con rotulador en la fachada, para dejar constancia de lo que ha significado este negocio para su familia, pero también para denunciar la situación insostenible que ha vivido y que lo ha llevado al cierre definitivo.

Un emotivo epitafio en la fachada del bar Jofama

El Jofama nació en 1958, y el origen de su nombre es, en palabras de los propietarios, "fruto de la amistad". Aquel año, tres amigos, José, Francisco y Manuel, decidieron abrir cada uno un bar con el mismo nombre. Sesenta y cuatro años más tarde, el que abrió Francisco, "Siscu", junto con su mujer, Antònia, ha tenido que cerrar. Es su nieta, Anna, quien ha decidido rendirles homenaje y explicar la historia del bar en un emotivo epitafio.

"El abuelo Siscu murió sin saber qué era el descanso", asegura Anna, que señala que un pequeño negocio como el bar Jofama supone "mucho sudor y mucho sacrificio", aunque también aporta una "satisfacción enorme" al ver a los comensales disfrutando de "la comida que has preparado con tanto orgullo". Después de Siscu y Antònia, fue Carles, padre de Anna, quien se encargó del bar. En palabras de Anna, él "también le ha dedicado la vida, lo ha dado todo y ha luchado hasta el final". Por todo eso, Anna dedica el mensaje al esfuerzo de su familia, pero también a todos los "Siscus, Antònies y Carles que hay por todas partes", a quien define como un "ejemplo de lucha y de coraje". Por descontado, también agradece la presencia a los clientes y vecinos, que asegura que "los han hecho felices".

El mensaje de Anna, sin embargo, también lanza una dura crítica contra la situación actual de la ciudad de Barcelona. "Donde había familias y vida, ahora tan solo quedan apartamentos de alquiler turístico, y un fondo buitre, tristemente, ha conseguido hacernos cerrar". Han sido estas presiones, según explica, las que han hecho que hayan tenido que cerrar de "forma forzada".

El espacio de la pared en torno a la carta de despido de Anna se ha ido llenando de respuestas con las que los vecinos dan las gracias al bar Jofama y se solidarizan con su situación. "El barrio será menos barrio", "Os echaremos de menos", "Para siempre esto será el Jofama", son algunos de los mensajes que se pueden leer. El rotulador continúa apoyado en la pared pora quien quiera añadir el suyo.