El llamamiento de este viernes de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para sumar en su ejecutivo a PSC, ERC y CUP parece que no dará frutos. El cuatripartito de izquierdas planteado por Colau no está bien visto ni por ERC, que querría sumar sólo con la CUP, ni tampoco por los anticapitalistas que el jueves ya advirtieron que un movimiento de estas características “sentenciaría los pocos anhelos para un cambio de etapa”.

Concretamente, en las filas republicanas hay malestar. Los de Alfred Bosch no salen del asombro del cierre en banda en el que dicen que se han instalado los comunes para incorporar al PSC al ejecutivo. En Calabria reina el sentimiento de que se tendría que olvidar a Jaume Collboni y seducir a la CUP para un tripartito a la badalonesa, pero explican a El Nacional que desde el gobierno se escudan en el primer ‘no’ de los anticapitalistas para descartarlo.

No hay margen. Con un acuerdo que se tiene que anunciar de manera inminente con el PSC, según han explicado a este diario fuentes próximas a las negociaciones, ERC se quedará fuera. La reunión entre la alcaldesa Colau y Bosch este viernes no sirvió para descoyuntar la situación, y es que aseguran que sólo les quisieron “vender las bondades” de pactar con socialistas.

La cuenta atrás está en marcha, evidenciado también en el pleno de los presupuestos del jueves, desde hace días. Colau, que querría no tener que escoger, tendrá que decidir con quién suma, y nadie espera cambios dramáticos de los acontecimientos. Del acuerdo con Collboni sólo falta limar los últimos flequillos referentes a la distribución de áreas de responsabilidad, que será un tira y afloja constante hasta el último minuto, y con ERC no ha habido ni siquiera negociaciones.

Buscar a la CUP

“No están cerrados”, insisten fuentes republicanas sobre una eventual entrada de la CUP en el gobierno de la capital catalana. Si bien admiten que por ahora reiteran su negativa, también en privado, si Ada Colau se pusiera a ello y creyera se podría llegar a alcanzar un acuerdo.

“Se tiene que implicar a la CUP en la gobernabilidad por un tema aritmético”, advierten. El hecho es que, como se ha puesto de manifiesto con la aprobación de las cuentas del 2016, los tres concejales cuperos son con quien se suma mayoría absoluta de izquierdas (21 de 41 concejales).

Si finalmente desde Barcelona en Comú suman con el PSC, la gobernabilidad puede acabar complicándose más. Ninguno de los dos grupos independentistas descarta dar apoyo externo a medidas que considere oportunas, pero las redes sociales ya son un bullicio de reproches y retuits de comentarios de los alternativos cuando sólo hace dos años aseguraban que los socialistas habían constituido todo un sistema mafioso en la ciudad. 

Aval del PSC

A pesar de los reproches, el PSC ha mostrado hoy una total alineación con el planteamiento de la alcaldesa. “Desde el principio dijimos que Barcelona necesitaba un acuerdo amplio de izquierdas dando cumplimiento al mandato de cambio que nos dieron los ciudadanos”, ha remachado hoy Jaume Collboni desde la Muestra de Comercio de Sants.

Desbloqueo. Este es el elemento en que más ha insistido Collboni, que considera que los grupos independentistas tienen que decidir “entre el bloqueo de la ciudad o la capacidad de llegar a acuerdos, entre hacer gobernable a Barcelona o el partidismo”.

Pero el tiempo corre y “no podemos esperar mucho más”, porque “hace demasiados meses que se arrastran necesidades que se tienen que resolver”. Con un acuerdo con Colau que se anunciará inminentemente ha destacado que “si alguien ha cambiado la ciudad, ha sido el PSC”, en referencia a los ataques recibidos por la gestión municipal de los últimos treinta años.