El Hospital de Sant Pau tiene unas dimensiones equivalentes a nueve islas del Eixample y la ausencia de caminos interiores con carácter público obligaba a los vecinos de la zona a tener que dar toda la vuelta por el perímetro exterior para ir a cualquier punto situado al otro lado del recinto hospitalario, un rodeo al cual hay que añadir como agravante la pendiente que tienen las calles Cartagena y Sant Quintí. Desde esta semana, sin embargo, vecinos y ciudadanos en general se podrán evitar dar toda esta vuelta gracias a la apertura de un vial interior, de acceso público y restringido sólo al uso para peatones. El nuevo vial cierra en horario nocturno.

Según ha informado el distrito de Horta-Guinardó, desde el miércoles que ya se puede cruzar a pie el recinto del Hospital de Sant Pau para ir de la calle de Mas Casanovas al de Sant Quintí y a la inversa a través del nuevo vial, bautizado con el nombre de paseo de Pau Gil -mecenas que hizo posible la construcción del hospital-, que de momento tiene acceso por las dos calles mencionadas a la espera de que a finales de año se abra un nuevo tramo con entrada por la calle de Cartagena. La actuación es una mejora para la movilidad de los peatones en los barrios del Guinardó y el Baix Guinardó y responde a una demanda de hace tiempo del vecindario, que ve esta nueva vía como una solución para no tener que bordear toda la manzana del hospital.

Además, la actuación amplía los espacios de uso vecinal en una zona donde escasean y permite que el recinto de Sant Pau, con una superficie de 13,5 hectáreas que equivalen a nueve manzanas del Eixample, deje de ser una barrera entre los barrios del Guinardó y el Baix Guinardó. La urbanización, que nace de una demanda vecinal, incluye incrementar el arbolado y renovar el pavimento, el alumbrado y la señalización. El paseo pasa en medio de los dos grandes sectores con que cuenta el complejo actualmente, de un lado, el recinto modernista, obra de Lluís Domènech i Muntaner y abierto a visitas de pago, y del otro, el hospital moderno.

La obra, de un coste próximo al millón de euros, ha sido financiada por la Fundació Privada Hospital de la Santa Creu i Sant Pau con una aportación de 300.000 euros del Ayuntamiento de Barcelona con fondos provenientes del Impuesto de Estancias en Establecimientos Turísticos (IEET). La actuación a cargo del ayuntamiento ha consistido en mejorar el pavimento de la zona para peatones próxima a la calle Sant Quintí, incrementar la vegetación y el arbolado en los laterales e instalar nuevo alumbrado y nueva señalización, además de instalar un sistema para el control y cierre de accesos.