Situémonos: Garrucha, una localidad costera almeriense de 9.000 habitantes, donde su gran tesoro se extrae del mar: La gamba roja, prima-hermana de la de Palamós, Dénia o la Barceloneta. Muy sabrosa, vaya. En Garrucha gobierna una alcaldesa del PSOE, María Antonia López Cervantes, que quiere repetir en las elecciones del 26-M... y que se ha encontrado con la agresiva campaña del candidato de Ciudadanos, David Franco López. El hombre quiere la vara de alcalde de su pueblo y para conseguirla, ha copiado la estrategia que su líder, Albert Rivera, utilizó en 2006 para presentarse en sociedad: Desnudarse frente a la opinión pública. Muy original, sin ningún tipo de duda, aunque hay diferencias. Franco, más pudoroso que Rivera, tapa sus intimidades no sólo con la mano, sino que también (por si acaso) ha añadido una naranja. "El naranjito", sí.

David Franco Lopez Telecinco

Telecinco

Dicen los cronistas locales que la fotografía ha alborotado a la localidad andaluza, "que no se habla de otra cosa". ¿Sin embargo, de qué cosa se habla? ¿De la "cosita" que tapa a conciencia? Si lo que quería era demostrar, como Rivera hace 13 años, su "transparencia y falta de complejos", Franco ha errado y de lo lindo. No sólo por el celo con el que disimula su apéndice, sino porque ha sucumbido a las reacciones de los vecinos del pueblo y de los usuarios de las redes sociales, donde ya no queda ni rastro de la fotografía. Es decir, que ni transparencia ni falta de complejos.

Albert Rivera desnudo @parodiadeloabsurdo

@Parodiadeloabsurdo

Aparte de la gratuita y cuestionable campaña publicitaria, lo que resulta asqueroso de la fotografía es la puesta en escena. Una habitación desordenada, con la cama deshecha, con un (sospechoso) mando de televisión entre las sábanas, la ropa colgada de un clavo en la pared, la postura del "modelo"... Incluso, la marca del bañador hace daño a la vista. Todo el cuadro resulta impropio de un aspirante a regir cualquier ciudad del planeta, ya sea real o imaginaria. David, mejor que te hubieras esforzado más en pensar como ganarte la confianza y el voto de tus vecinos. Y sobre todo: quédate con la gamba roja, que "el naranjito" no te favorece nada.