El españolismo ultra disfruta de barra libre, y cada vez esconden menos sus intenciones. Hacen visitas guiadas a las furgonetas de la policía nacional, zurran a independentistas, infiltran agentes encapuchados en las movilizaciones para generar violencia... Incluso acosan a ciudadanos españoles que salen a la calle para protestar contra la brutal sentencia del Procés, amenazándoles de muerte ante la impasible mirada de los agentes del orden. Es lo que ha pasado en Zaragoza estos días, y que hemos podido comprobar gracias a un vídeo que circula por la red. Allí se ve a los 'pacifistas' seguidores de extrema derecha, a 'la España silenciosa', persiguiendo a manifestantes a gritos de "hijos de puta", "a por ellos", "dadles de hostias" o el más sorprendente "radicales de mierda". Una lección de civismo, diálogo y no violencia que seguro que no vemos en can Ferreras, ni Ana Rosa, ni Griso.

El vídeo es una antología de la vomitiva actitud ultra permitida por el Gobierno y sus policías (que se permiten el lujo de salir en teles extranjeras y pronunciar discursos políticos mientras están de servicio). Un fiel reflejo de lo que supone, hoy en día, ponerse del lado de la libertad y la democracia en España: una señora que no para de insultar a sus conciudadanos y que acaba gritándole a la cara de un antidisturbios "no nos dejan pasar, si no los mataríamos". La protagonista, que evidentemente se esconde en el vídeo, tampoco recibe ninguna amonestación por parte de los agentes del orden. Son los privilegios que te puedes permitir por ser un facha reaccionario envuelto en la rojigualda y el 'pollo':  amenazar tranquilamente con linchamientos e ir después de cañas y 'carajillos', para mantener el espíritu bien alto. La vergüenza que produce la grabación es imparable.

Ultras amenazan manifestantes procatalanes 0 a Zaragoza @jmanimar

Ultras amenazan a manifestantes procatalanes a Zaragoza @jmanimar

Ultras amenazan manifestantes procatalanes a Zaragoza @jmanimar

Ultras amenazan a manifestantes procatalanes a Zaragoza @jmanimar

Eso sí, no lo olviden: la violencia es de los catalanes que quieren votar. La de los que tienen a sus representantes sociales y políticos en prisión. El resto son hermanitas de la caridad.