Los que hemos tenido la suerte de verlo actuar en directo podemos constatar que pocas personas hay en Catalunya que provoquen tantas carcajadas como él. Rápido, mordaz, ocurrente, atrevido, sus monólogos irreverentes encima de los escenarios de todo el país son inolvidables para sus fans. Hablamos de Toni Moog. Lleva 20 años haciendo reír y siendo transgresor, actuando, por ejemplo, de manera ininterrumpida en el Club Capitol durante 10 años. Desde que lo descubrieron en una sala de fiestas donde cogió el micro entre actuación y actuación de otros humoristas como Ángel Martín o Iñaki Urrutia, y se metió al público en el bolsillo. De hecho, el día que empezó todo, improvisando un monólogo, la gente no paraba de reír y el mismo Dani Mateo, que actuaba, al verlo le dijo al público: "Estaremos todos de acuerdo en que hoy ha nacido una estrella".

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Toni Moog IG
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Toni Moog con 'Ilustres ignorantes' IG
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Toni Moog con Helena García Melero IG

Una estrella que desde entonces, empezó a sacar la cabeza no solo encima de los escenarios, sino también en platós de televisión, también de TV3, por ejemplo en el Tot es mou, donde vivió alguna polémica que otra o en el programa Homo Zapping, donde Jose Corbacho le dijo que o dirigía su camino, o acabaría mal ("Toni, tienes un porvenir brillante. Pero si no te sabes gestionar las fiestas, vas a acabar muy mal"). Moog siempre ha hablado claro, sea en tono de broma o sea verbalizando qué piensa de lo que lo rodea. O como ahora, cuando ha hablado sobre él mismo y lo ha hecho para abordar el problema que tiene: las adicciones. Los últimos seis meses ha estado en una clínica de desintoxicación tratándose de su adicción a las benzodiazepinas. En una entrevista exclusiva para El Periódico, el humorista catalán del barrio del Raval de Barcelona se abre en canal para poner encima de la mesa su lucha:  "Es más difícil desengancharse del Diazepam que de la cocaína. Soy un adicto, siempre lo seré. Y los adictos, a veces, buscamos tocar fondo para poder pedir ayuda".

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Toni Moog IG

Tocó fondo, y después de las adicciones en el alcohol o la cocaína, "las personas que tenemos conductas adictivas nos enganchamos a cualquier cosa". Por ejemplo, al diazepam para tratar los ataques de pánicos fruto de su agorafobia diagnosticada. 120 miligramos al día, "cuando lo cuento, la gente me dice que en esas cantidades tendría que estar muerto. Me bebía 10 o 12 Red Bull todos los días y 5 o 6 ibuprofenos. Y entré en una adicción brutal". Entre adicciones y la pandemia en el 2020, el trabajo (y los ingresos) se esfumaron. "Los de Hacienda me metieron un palo de 300.000 euros. Lo perdí todo. Hasta la casa en la que vivo, que me la embargaron y la tengo que ir negociando periódicamente con el banco para ver si en el futuro puedo comprarla otra vez". Arruinado y en el pico de su adicción (comprando también en el mercado negro), y añadiendo problemas con el juego, en enero tocó fondo. Ahora, después de seis meses en rehabilitación, en una unidad de patología dual, donde "casi me matan. Porque en 21 días me bajaron de 120 miligrams de benzos que yo tomaba, a cero miligramos. Pensé en quitarme la vida. En suicidarme. Les dije que prefería irme a casa y estar enganchado a las benzos que vivir en un estado permanente de pánico", ve la luz al final del túnel, gracias también al apoyo de su familia y de muchos compañeros de profesión.

Nos alegramos. Y apunten, el 19 de septiembre en el 'Oasis Beach' de la playa de Badalona, lo volveremos a ver haciendo lo que mejor hace: actuar y hacer que la gente se tronche de risa.